El hombre Cáncer

El hombre Cancer es bello, delgado, con grandes ojos, ni alto ni bajo, desenvuelto, con frecuencia de tez pálida, con ojos azules o verdes, profundos y grandes. Bajo la máscara de una calma que a menudo no siente, esconde un carácter muy voluntarioso que lo lleva a defender con energía y tenacidad su punto de vista. Busca en la compañera de su vida afecto y comprensión y no mira la posición económica. Nunca se casaría por interés porque sabe que el dinero puede aportarlo él personalmente; más bien desea afecto y estima de la mujer ideal. Busca con tesón su ideal y si no lo encuentra en el matrimonio no duda en romperlo y rehacer su vida con otra persona que le comprenda. A pesar de que siente profundamente el afecto por sus hijos y la paz familiar, no está dispuesto a dejarse atar en una situación que lo obligaría a vivir sofocado y sin demostraciones de afecto. Su casa tiene que estar en orden y bien cuidada, llena de objetos que ama y que todos deben respetar. Sus hijos son muy educados y sumisos con él. No le importa ayudar en los trabajos domésticos y se desenvuelve bien también en la cocina. No es demasiado fiel y sobre todo si encuentra a una mujer que no le comprende y no le contenta en su abundante carga sexual y afectiva, no dudará en buscar en otra parte lo que la familia le niega. Aprecia a la mujer que trabaja, que sabe desenvolverse, pero esta tiene que depender siempre de él o se sentiría frustrado en uno de sus derechos: el de ser jefe indiscutible. Es muy orgulloso y tolera mal las observaciones, aunque sean justas; será preciso exponerle el propio parecer con ponderación y mucho tacto. Si se desea obtener algo de él, las únicas armas son los buenos modales y la diplomacia.
Para él amar representa casi siempre un problema, dada su fidelidad a la imagen de una mujer que su fantasía infantil ha creado, casi siempre la proyección femenina de su madre, hacia la cual profesa un gran afecto.
En el plano afectivo, es por lo tanto, exigente en la elección de la mujer con la que unirse. Además de por su belleza y apariencia física, casi siempre elementos indispensables para él, gusta a las mujeres por la timidez y gracia con la que sabe expresarse, sin que sea por ello un gran orador o un seductor irresistible. Ejerce su atractivo sobre todo en mujeres maduras.