Pesadillas

interpretación de los sueños
Tener pesadillas indica una quiebra del interior de la personalidad, de la que es oportuno tomar conciencia para poder vivir en equilibrio. «Las pesadillas son caballos de dos colores diferentes -dice Ernest Hartmann-: uno es un pesado animal de color negro que oprime el pecho del durmiente mientras este se despierta aterrorizado, y el otro es una yegua rojiza más común que galopa junto al durmiente en un viaje sorprendente y, no obstante, relativamente familiar».

El primer tipo de pesadillas, el animal negro, es bastante raro y se produce durante el sueño profundo. Se le llama ataque de pesadillas y se caracteriza por una escena terrorífica de caída, de sofoco y de opresión que culmina a menudo en un grito helador, en palpitaciones y en una especie de sentido de parálisis. Se supone que tiene orígenes físicos, pero en realidad no disponemos todavía de explicaciones adecuadas.

El segundo tipo de pesadillas, la yegua rojiza, es más común y se produce frecuentemente en la segunda mitad de la noche, hacia el final de un largo periodo REM. Para entendernos, ser atacado, perseguido y ahogado son ejemplos de este tipo de sueños que llamamos pesadillas comunes. En general, se producen a causa de la represión y el control de ciertos sentimientos y de los instintos llamados animales; la represión lleva al hecho de que estos instintos ganan en energía y nos hieren durante el sueño, mientras intentan ser aceptados e integrados.
Un método que se utiliza para resolver las pesadillas modernas es manipular el sueño, afrontando las imágenes oníricas que nos dan miedo.

Es el método utilizado por la tribu temiar de Malasia. El antropólogo Noone constató, en el año 1931, que era un pueblo no violento que confiaba en sus propias fuerzas y vivía en armonía consigo mismo y con la naturaleza. De ello dedujo alguna hipótesis, como que esta tribu recurría a algunos trucos psicológicos capaces de permitir que alcanzasen un buen equilibrio emocional. Se trataba de una técnica psicológica que iba ligada precisamente a los sueños. Las pesadillas, según la teoría de la tribu temiar, indicaban qué espíritus hostiles albergaban en la mente: si no se enfrentaban a ellos y los manipulaban, se volvían contra la personalidad del soñador.

Siendo todavía niños, los temiar aprendían a valorar muy seriamente los sueños y las técnicas orientadas a liberar la psique de las imágenes oníricas hostiles. Luego aprendían a mantener durante el sueño parte de la conciencia que tenían en estado de vigilia, dado que cuando se encontraban ante un símbolo hostil se enfrentaban a él en lugar de huir.
Así, toda la energía psíquica que iba unida a aquellos se convertía en un óptima aliada en lugar de ser una enemiga. La técnica utilizada por los temiar es la llamada técnica del sueño lúcido, del que ya hemos hablado en un capítulo anterior.