Qué significa soñar con un Ojo

El ojo es el símbolo de la luz, de la conciencia y de la fecundidad. Según la mitología egipcia, cuando Isis encontró la cabeza de Osiris, que había sido matado y después cortado en trozos por su hermano Seth, el rayo de amor que salió de los ojos de Osiris le hizo concebir a su hijo Horus.
En la tradición cristiana, también Dios es frecuentemente re­presentado por un ojo, símbolo de la aguda mirada de la justicia divina que penetra en el yo más secreto del ser humano.
En la simbología onírica, el ojo puede representar el superyó, aquella parte de la conciencia individual que hace de censor; por eso, soñar que se está siendo observado significa tener sentido de culpa. Una manifestación de impotencia y de ceguera psíquica es el sueño en el que no se logra ver, porque se tienen los ojos ven­dados, porque se es ciego o porque se rompen o se pierden las gafas. El ojo puede ser interpretado también como un símbolo femenino. Problemas en los ojos durante los sueños indican pro­blemas de visión de la realidad.
Freud considera el ojo un símbolo sexual, precisamente el ór­gano genital femenino. Los sueños de ceguera esconden un com­plejo de castración generado por sentimientos de culpa.
La interpretación de Jung es exquisitamente espiritual: ver y conocer, ser ciego significa no entender.
Ver muchos ojos en sueños significa, para la interpretación po­pular, tener un inadecuado contacto con la realidad. Ojos fuera de las órbitas hacen temer una enfermedad de la persona amada. Soñar que se pierde un ojo es un pésimo augurio: quiere decir que puede llegar cualquier desgracia.
Ojos hermosos y sanos son siempre señal de buen augurio: las iniciativas se verán coronadas por el éxito, especialmente si los ojos son claros. Ojos legañosos son mensajeros de tristezas y pro­blemas familiares y ojos inyectados de sangre anuncian cólera y mala conducta.
Según los intérpretes de la Antigüedad, los ojos simbolizan a los hijos: precisamente el ojo derecho representa al hijo varón y el izquierdo a la mujer. Este símbolo habla a los intérpretes ára­bes del destino y se relaciona con una fortuna considerable y estable. Soñar que los ojos se hacen más bonitos y más grandes anuncia riquezas y felicidad; ojos en malas condiciones son, en cambio, un anuncio de enfermedades.