En ellos, a menudo los gestos parecen calculados, el tono de voz es cálido y nunca excitado.
Translucen un estado de calma que seguramente no es del todo aparente, pero que muestra, más que otro, el aspecto de una meta interior, a la cual llegar como resultado de un perfecto estado de equilibrio entre ellos mismos y el mundo exterior.
La sociabilidad del ascendente no permite los aislamientos, ni las actitudes inconstantes que tanto gustan al Escorpio; de esta forma tendremos, con esta combinación, a sujetos bastante contradictorios en las relaciones: demuestran una disponibilidad mucho más aparente que real y espontánea.
Buscan en todo una perfección bastante alejada de poder ser conquistada en la vida diaria. Y por ello son unos eternos insatisfechos. Si el tema individual lo confirma, algunos pueden llegar muy cerca a formas de moralidad superior que rozan la sabiduría.