No es raro que esta combinación dé lo mejor aplicada a la esfera de la profesión y del trabajo en general.
Estos Escorpio tienen una necesidad absoluta de triunfar, de dominar y ejercer en términos reales el poder, en nombre del cual están dispuestos a realizar alguna amarga renuncia.
Naturalmente, el concepto de poder es el mismo en el sentido de gestión de la autoafirmación absoluta y lo encontramos, con esta posición de Saturno, tanto en Hitler como en el gran director de empresa de nuestros días.
La carga de pesimismo-realismo de Saturno se amortigua y tenemos a individuos que consiguen disuadir sus miedos reales gracias a una gran dosis de seguridad personal.
De esta forma pueden estar convencidos de superar todas las pruebas, de ganar siempre y de envejecer tranquilamente, todo ello con alguna influencia del escepticismo de Escorpio.