Siendo este el último signo del zodíaco chino, es más notorio que sus características sean un poco la síntesis de las observadas en los once animales lunares que le preceden. Empecemos destacando que el Jabalí está dotado de gran energía vital y aparece como la personalidad astral más franca y abierta. Sus maneras son decididas y a veces imperiosas, pero al combinarse con Géminis adquiere maneras y vocabulario bruscos para expresar su personalidad.
El Jabalí es un experimentador nato, que al combinarse con el curioso Géminis se interesa por todas las posibles experiencias en todos los órdenes de la vida.
Asimismo se muestra particularmente sensual, lo cual se remarca también por la potencia de Géminis, y muy a menudo se ve atraído por el ocultismo y por el misticismo. Este geminiano siempre posee muy buen corazón, aunque esta cualidad no le evita mostrarse a veces muy ingenuo y recibir golpes de personas que a la larga se revelan radicalmente distintas a como las creyó al principio.
El Jabalí Géminis es franco y generoso, aunque a veces está tan preocupado por su futuro que el temor le impulsa a la avaricia. Sus proyectos se realizan con inspiradora frecuencia. Esto quizás esté en relación con la máxima oriental que este nativo observa más o menos conscientemente y que dice así: Lo que os pertenece, siempre encontrará la manera de volver a vosotros.
El Jabalí geminiano se encuentra más que satisfecho entre amigos. Siempre puede recurrirse a él en caso de dificultad, pues se mostrará en extremo generoso. Por otra parte, no hay que olvidar que el Jabalí recuerda siempre todo o casi todo y tiende a actuar de manera que se salden las cuentas. No obstante, la combinación geminiana impone la observación de que su ferocidad es máxima, de gran crueldad incluso, si el ofensor se pone a su alcance el mismo día en que lo dañó; pero si el encuentro sucede días o semanas después, es posible que se le vea actuar como si nada hubiera sucedido.