Puede afirmarse sin temor a error que la persona que nace en el año gobernado por el Perro es el más simpático de los doce signos zodiacales del horóscopo chino.
Tratándose de un geminiano nacido en un año del Perro, se distinguirá por su profunda lealtad, sinceridad y honestidad. Es obvio que se trata de una simpatía que nace de la autenticidad y del valor humano, de los que está particularmente dotado el geminiano de este signo.
Así, es bastante improbable que este geminiano niegue su ayuda cuando sabe que alguna persona más o menos cercana a él tiene problemas. También puede suceder que ante ciertos pedidos refunfuñe un poco, o bien que se ponga a pronunciar un largo sermón; finalmente lo más probable es que acceda a conceder lo necesario.
El Perro tiene un carácter muy vivaz y no son escasos sus momentos de auténtica alegría, pero su naturaleza profunda tiende al pesimismo, que en general se le manifiesta con mayor fuerza en la edad madura y más aún en la vejez. Es así como puede verse afligido por tenaces pensamientos negros, por preocupaciones que tal vez no tengan un motivo real.
Una de sus más notables peculiaridades es la capacidad para distinguir a las personas dignas, de aquellas que es preferible evitar.
El geminiano nacido en año del Perro no es de naturaleza particularmente agresiva, pero se vuelve peligroso cuando se le molesta o se perturba la casa en la que vive. El perro es práctico y generalmente posee unos nervios sólidos, pero en su combinación con Géminis hay que admitir que esta cualidad se reduce.
Su devoción por los amigos le impide tolerar que alguien ajeno pueda hablar mal de ellos. Si esto sucediera, es difícil que continúe manteniendo relaciones con las personas que han expresado juicios negativos. Sin embargo, los amigos deberán soportarle cambios de criterio imprevisibles, por los que tan pronto les hallará grandes virtudes como defectos lamentables.
Sus decisiones, en todo caso, son muy perentorias y en su interior este geminiano tiende a vivirlas como absolutamente urgentes, siendo víctima fácil de su impaciencia.