Sexualidad de Géminis

La palabra es para Géminis la forma más directa de encender la imaginación. Por eso, el amante que quiera conquistarlo no podrá prescindir durante el acto sexual de largos párrafos de elogio del desempeño geminiano. Tanto antes como durante y después, Géminis necesita que le certifiquen verbalmente que es una gran amante, por eso, una pareja silenciosa resulta para él la mayor de las frustraciones.
Su curiosidad lo hará buscar constantemente nuevas formas de placer y lo impulsará a probarlo todo, siempre que sea él quien pueda tomar las riendas de sus descubrimientos sexuales. Un amante que intente dominarlo está condenado al fracaso, porque Géminis puede llegar muy lejos, pero siempre tendrá que ser él quien indique el camino.
Como además de protagonista es espectador, querrá registrar cada detalle de lo que sucede y hacer el amor con la luz encendida. Tampoco los espejos estarán ausentes del dormitorio de Géminis, ya que le permitirán la autocontemplación a la que se siente tan inclinado. En algunos casos, puede llegar incluso a desear un «souvenir» de algunas relaciones, por lo que no dudará en echar mano de la cámara fotográfica o de la cámara de vídeo, dos elementos que le permitirán sentirse la súper estrella que ansia ser.
Después de hacer el amor necesita hablar y hacer chistes, dos actividades que adora y que lo ayudan a encender el deseo nuevamente.
Sus zonas corporales más sensibles son, sin duda, sus orejas y sus manos. Una sabia caricia sobre las orejas, acompañada de prometedores susurros o una insinuante presión en la palma de la mano ejercida con la lengua, es la fórmula perfecta para hacerlo llegar a la máxima excitación. Pero también lo excitan ciertas situaciones en las que parecen confirmarse sus irresistibles atractivos. Nada agradará más a Géminis que verse obligado a interrumpir una reunión social porque una conquista de último momento hecha allí mismo, reclama su inmediata atención en la cama.
Si una relación se prolonga más de lo previsto, el cambiante Géminis hará todo lo posible para que la perdurabilidad que empieza a insinuarse no enfríe el deseo.
Entonces, dejándose guiar por su espíritu lúdico, jugará a que acaba de conocer a su pareja por la calle y que ni bien se miran a los ojos, ambos comprenden que tienen ganas de hacer el amor. Lo desconocido incentiva mucho más su imaginación que lo familiar, razón por la cual no puede establecer relaciones de pareja demasiado largas. Al principio de cada una de ellas cree haber encontrado al amor de su vida, lo que no le impide mantener varias paralelas.
Es un buen amante, aunque no el mejor. Para él, el sexo es algo mental, pues es un ser más intelectual que emocional. También es una forma de establecer vínculos afectivos, aunque en sus fugaces relaciones nunca logre un amor verdadero.

Signo Géminis