El hombre Leo

El hombre Leo es la imagen viviente de la virilidad. Sano y robusto tiene casi siempre el físico de atleta. Por lo general es autoritario, se siente un superhombre; tiene siempre un aspecto que intimida, a veces puede parecer incluso inaccesible. Su sensualidad es exuberante pero sana, y raramente es el hombre de las mil aventuras. Reacio al matrimonio por su naturaleza libre, prefiere lazos fundados en un amor intenso y en la estimación recíproca. Su infidelidad nace siempre de la vanidad y del temperamento posesivo. Es en efecto posesivo al cien por cien, pretende de la mujer la más completa donación. En la traición ve una gran ofensa y reacciona sin contemplaciones. Si además se estimulan sus celos se hace difícil e intratable. Cuando se decide por el matrimonio es entonces un buen marido, ama a sus hijos y no abandonará nunca a una familia sólidamente constituida ni a los hijos, que adora, para con los cuales ningún sacrificio es demasiado grande.

Da a su esposa plena autonomía porque está demasiado ocupado abriéndose camino en la vida. Siempre cuida más su persona que la elegancia en el vestir; la limpieza para él es una necesidad aguda, casi morbosa. Le gusta la vida en sus distintas manifestaciones, desde el amor hasta las diversiones y el trabajo. Los aspectos negativos le causan, sin embargo, un carácter irascible; exagerado en el hablar y con tendencia a las provocaciones debido a las actitudes dominantes que a menudo asume. Además, con frecuencia, es vanidoso, soberbio y arrogante hasta el máximo, llegando a mostrarse brutal. Ya que actúa como un león, le gusta que le adulen, y la estima que tiene de sí mismo hace que en ocasiones llegue a comportarse despóticamente. No tolera la traición de la persona amada, pero su reacción no es casi nunca violenta como en el Escorpión, sino que pasa por alto el daño sufrido y busca afecto y comprensión en el exterior cerca de quien pueda dárselo, sea una mujer o un amigo. Sabe cómo conquistar a una mujer, aunque a la mínima contrariedad la abandone sin contemplaciones. Si la vida afectiva no le da lo que pide y sigue, por otra parte, enamorado de la mujer amada, sublima su ardor en el campo laboral, el cual se convertirá en su leitmotiv. Si no es el tipo superior de Leo, puede adquirir comportamientos despóticos. Ama todo lo bello y todo lo que incita a la admiración y la envidia. También artísticamente es un signo válido, como lo demuestran artistas como F. Petrarca, pintores como Rubens y músicos como Listz, nacidos en este signo; pero en el campo en que sobre todo destaca es en la política, la economía, las ciencias exactas y todos aquellos en el que el Leo pueda destacar superando a los demás.

En las relaciones de pareja, es el signo que más difícilmente puede encontrar la mujer adecuada. Con la mujer Aries el matrimonio sería un fracaso por la falta de inteligencia que esta demuestra frente a un Leo. Con la mujer Tauro puede existir, por el contrario, una unión pasión y erótica, y en caso de dos signos intelectual y espiritualmente elevados, también una complementación intelectual. Con la mujer Géminis se entablaría una rivalidad que minaría la relación. Con la mujer Cáncer, aun siendo una unión basada en la mala fe, tiene grandes probabilidades de duración. Con la mujer Leo será una batalladora y venturosa. Con la mujer Virgo, el matrimonio será perfecto únicamente en el aspecto práctico y no en el afectivo, por el excesivo distanciamiento de esta mujer respecto a las cuestiones sentimentales. Con la Libra la unión será siempre una incógnita por el egoísmo intrínseco de ambos signos.

Con la mujer Escorpión se entablará un romance pasional y dramático. Con la mujer Sagitario la unión puede inclinarse a una afectuosa amistad, con una comprensión puramente intelectual. Con la Capricornio la unión será triste, ya que una mujer así, tan fría y racional, no corresponderá sexualmente al hombre. Con la mujer Acuario se verificarán tres fases: atracción intelectual y física, desilusión inmediata por los caprichos de una mujer así y abandono por parte del Leo de una mujer tan complicada. Finalmente, es completamente desaconsejable la unión entre el Leo y la mujer Piscis, por los graves daños morales y materiales que una mujer tan sensible sufriría por parte del impetuoso Leo.

Signo Leo