Características de Aries

El signo de Aries, del 21 de marzo al 19 de abril, atravesado por el Sol, está bajo el dominio del planeta Marte. Signo de fuego, que abre el Zodíaco y representa la Tierra antes del génesis, o sea cuando reinaba umversalmente el fuego, el caos y las potencias desencadenadas. Marte es signo de fuerza, coordinador de potencias desbocadas y en Aries encuentra su domicilio. Fogosidad, dinamismo y rapidez son las características sobresalientes que impone el signo; voluntad y fuerza de decisión son los dones que se les otorga a los nacidos bajo su imperio por la influencia de Marte. Los nacidos en este signo son organizadores, coordinadores, nunca pierden el ánimo, tienen gran fortaleza de carácter, saben afrontar las adversidades con la sonrisa en los labios, mantener la cabeza alta incluso en los momentos difíciles y reconstruirse una existencia, con sacrificio, pero también con éxito, si algo no ha salido como esperaban. Impulsivo y autoritario, Aries pretende que todos sigan sus directrices, pero a la vez está dispuesto, por su parte, a sacrificarse heroicamente por sus seres queridos. Moderado cuando se trata de dar dinero, es sumamente generoso con lo que posee, comunicativo y amable, inclinado a perdonar las ofensas recibidas, aunque no las olvida, no por espíritu de venganza sino simplemente porque sabe que también de las experiencias negativas se puede sacar provecho y lección para el futuro.
Su espíritu tiende a la elevación: es religioso, pero lleva la fe dentro de sí, es decir, se aleja de las formas exteriores, aunque su código moral es siempre bastante más rígido que cuanto pueda serlo el de cualquier practicante, ya que nunca haría daño a nadie y sus esfuerzos van siempre encaminados a comportarse con rectitud y justicia. Esta norma la impone también a cuantos lo rodean procurando que las personas de su familia se comporten siempre rectamente, pues de lo contrario Aries no les dejará en paz hasta que no haya impuesto su punto de vista y su voluntad. Aries es valiente; muchos famosos nacidos en Aries fueron pioneros, y esta vocación vanguardista hace que los nacidos bajo el signo estén dispuestos al sacrificio, a viajar, a trasladarse, a iniciar actividades nuevas y difíciles, sin importarles que haya dificultades en su camino. Es lo bastante tenaz como para llegar a vencer allí donde otros se rindieron. Como médico es meticuloso, atento, escrupuloso, sigue al paciente, que se siente sometido a su voluntad y por tanto seguro y apoyado: sería deseable que todos tuvieran un médico Aries, puesto que nunca se le verá desfallecer ni rendirse. Como soldado, lógicamente, no puede ser más que un héroe. Mantiene las líneas hasta el último momento, se niega a batirse en retirada, va hacia adelante para solucionar una dificultad, se presta voluntario, y tiene un gran valor físico además de moral. No será nunca un buen diplomático, porque rehuye todo cuanto no sea claro, y por consiguiente también en política considera que su conducta debe ser recta; en el mundo de la diplomacia y en los pasillos de los políticos se siente perdido. Su espíritu indómito y recto le hace imponer su pensamiento, aun a costa de crearse antipatías; no le gusta estar sometido y por ello, antes o después, Aries llegará a alcanzar en la familia, en el trabajo, en cualquier actividad, una posición prominente. Cauto y cuidadoso administrador y «jefe» económico, Aries es capaz de gobernar a su familia o a la entidad a la que pertenece con el mínimo gasto posible, invirtiendo con atención y prudencia, y estudiando planos económicos que consigan el máximo aprovechamiento y la máxima utilización del dinero. Su necesidad de continua acción lo transforma en un elemento siempre dispuesto y activo, y su deseo de batalla hace que sea un buen sindicalista, mesurado pero decidido. El tipo negativo se inclina a la volubilidad: inicia un trabajo, una profesión, y después, cuanto esta ya está bien encaminada, la abandona a medias, muy satisfecho por haber solucionado las dificultades que presentaba el problema, pero ya sin interés por seguir su desarollo. Aries es, en efecto, una mina de ideas, que pone inmediatamente en práctica, que comienza a realizar, y que después fácilmente se cansa de ellas y las abandona; le serán de gran ayuda los colaboradores que sepan llevar a cabo un trabajo de ordenación, y que tomen las riendas de cuanto Aries ha iniciado y solucionado, prosiguiendo con su trabajo. Este signo siente también una buena dosis de fanatismo, que le lleva a vivir en el presente, sin preocuparse por el porvenir. Su idea es: «solucionemos los problemas de hoy; de nuevo mañana, en cuanto se presenten, ya pensaremos en ellos». Por esta postura y por el tipo decidido de su carácter, Aries no sabe esperar; si lleva un asunto quiere verlo resuelto en seguida, si una cuestión está en suspenso sufre hasta que no se ha solucionado y sale victorioso en donde otros han fracasado. Gracias a su fuerza de voluntad y a su genialidad, alcanza el éxito en todas cuantas empresas se necesita el poder de la fuerza física y moral. Es un buen deportista, aún más, un campeón en el deporte que ha decidido practicar. No tolera que se le maneje con astucia porque, siendo incapaz de cualquier acción diplomática, sufre viendo que los demás, con su marrullería, lo han instru-mentalizado. Si advierte que ha sido tratado con trampas se transforma en una fiera y prefiere perderlo todo, incluso económicamente, con tal de salir de una situación que no le gusta. Aries que es un gran trabajador, no duda en someterse a sacrificios para alcanzar sus fines: es uno de los signos más tenaces, el trabajo se transforma inoluso en parte de sí mismo. No sabría concebir la vida sin actividad; incluso cuando llegue a la edad del retiro buscará algo para hacer, y podrá transformar sus aficiones en provechosas actividades creadoras. Apasionado por la música, suele tocar algún instrumento. Con frecuencia recibe el encargo de dirigir espectáculos. En esta profesión encontramos nacidos en Aries, célebres en el mundo entero.
Por su gran fuerza magnética sabe conquistar el favor del público. Como hombre político es un orador lleno de fuerza, que arrastra a las masas y se convierte en líder. Como actor se coloca en el lugar de los divos. Como músico lo encontramos con preferencia tocando instrumentos «fuertes», en los que puede expresar su vigor y su exuberancia. Si es industrial, será un experto en metalurgia y, si es artista, habrá en él un escultor fuerte e incisivo.
Su amor por la disciplina es grande y por tanto, si es militar lo encontraremos dirigiendo, mandando, siempre en puestos de gran relieve y notable responsabilidad.
En los tipos más fuertes de Aries se destaca unos rasgos algo despóticos. Este despotismo tienden a ejercitarlo incluso en familia y así, hacen respetar tradiciones a las cuales se sienten ligados y complacen su punto de vista, que, sin duda, consideran infalible. Como deportistas prefieren los deportes fuertes y violentos: boxeo, lucha, fútbol, etc.
En ocasiones Aries será víctima de crisis depresivas. Ello sucede cuando alguien intenta someterlo, modificar su vida y su punto de vista y tiene suficiente autoridad como para hacerlo. Odia las represiones, y se adapta a las mismas con dificultad; ni siquiera sabe fingir diplomáticamente a la espera de tiempos mejores. Pero su exuberancia se expresa de forma contundente en el campo del trabajo, pues Aries no se despide con buenos modales sino que se marcha dando un portazo. En el coche es un conductor audaz, pero temerario, tiene gran dominio del volante y seguridad en sí mismo, por lo que no se preocupa en absoluto del cansancio, hambre o caprichos de sus acompañantes.
Se inclina a considerar estos fenómenos como un deseo de obstaculizarlo o como debilidades y, por consiguiente, no cambia por nada del mundo su norma porque otros pretendan sentirse cansados. Piensa que basta con que los demás reaccionen un poco y lo tomen como ejemplo. Muestra cierta tendencia a detenerse y entablar una buena discusión con quien lo adelanta o le ha demostrado escaso respeto. Su capacidad de reflejos se pone también de manifiesto en este caso, difícilmente será posible encontrar un Aries poco preparado. De igual manera, asombra la caballerosidad y gentileza que muestra con los demás cuando se le piden las cosas con buenos modales, no con imposiciones, sino por favor. Entonces es tierno, cuidadoso, preocupado por hacerlo todo lo mejor posible, amabilísimo y lleno de comprensión, pero cuidado, pues, quienes intentan hacerle realizar algo mediante intrigas, ya que con mucha mayor sencillez es posible pedirle abiertamente, y obtener cuanto se desea.
Rehuye a quien le da consejos, porque considera que no son desinteresados, y, si es preciso hacerlo, se buscará un hábil juego diplomático que le haga pensar que ha sido él el ocurrente. Poseedor de un fino espíritu, Aries se arrepiente pronto de sus golpes de ira y de sus palabras duras, pero difícilmente pedirá perdón, preferirá sufrir con su actitud, y quien está a su lado deberá hacerle comprender que no le guarda rencor. En cambio, se equivoca quien pretende hacer esperar a Aries, y quien confía en que él encuentre el momento para excusarse, puesto que al odiar la pérdida de tiempo, Aries olvidará inmediatamente que ha ofendido y acusará a los demás de ser pasivos y hacerle esperar inútilmente, incluso en el supuesto que sea él el ofensor y deba pedir disculpas. Ptolomeo en su Tetrabiblos dice que las características principales de este Signo son: audacia, desorganización, impaciencia, erotismo, gran actividad muscular y nerviosa, independencia y valentía.
El optimismo es prerrogativa del tipo Aries, aunque difícilmente logra controlar y dirigir la agresividad que le es propia, puesta al servicio de su ambición, ya que para él sólo es importante iniciar bien las cosas que, no obstante, no lleva casi nunca a término.
Es extremista y no conoce la programación de su futuro. No es rencoroso, aunque sus ataques de ira son violentos y a veces hieren a su adversario en lo más hondo. Para la combatividad del Aries no existen obstáculos y si los hay, estos no representap más que un aliciente. Los obstáculos que se le oponen son destruidos, más que saltados o rodeados. La alegría y el dolor son para él sentimientos extremos, que sufre con exceso, aunque duren sólo una mañana. El elemento fuego, característico de Aries, y Marte, dios de la guerra, que tiene su casa en Aries, hacen de este signo uno de los más vitales y dinámicos del zodíaco. Si se encuentra ante un acontecimiento imprevisto, su reacción es instintiva y puede pasar del pánico a la inmediata autodefensa. Este tipo tiene absolutamente necesidad de una fe por la que luchar y una meta a la que aspirar; si le falta un credo no puede llevar a cabo nada bueno. La inteligencia del tipo Aries es intuitiva e instintiva y no puede encontrarse bien con personas mediocres que lleven una vida monótona, gris y solitaria. De hecho, este tipo quiere rodearse de gente, aunque sólo sea por acaparar el centro de la atención.
Quiere ser siempre el protagonista, y lo logra por hallarse dotado de una simpatía y espontaneidad únicas. La vida afectiva de este tipo, especialmente en su juventud, se encuentra llena de aventuras sentimentales y eróticas. Su amor, dada la extrema sensualidad que lo caracteriza, es de muy breve duración por su tendencia a quemar todo de una vez. El tono de voz de este tipo es como un torrente impetuoso: transforma la alabanza en adulación y e¿ insulto en algo verdaderamente tremendo.
Aries, deseoso de ser el centro de la atención, tiene en consecuencia necesidad de ser adorado por la mujer amada. Respecto a la elección profesional, el Aries se enfrascará en su trabajo preocupándose únicamente de que satisfaga las exigencias físicas y psíquicas de su organismo, colocando en un segundo plano sus ganancias económicas. Mientras su estado físico se lo permita, la vitalidad desarrollada en el trabajo será sobrehumana, y si le acompaña la perseverancia, tan rara en este tipo, nos encontramos frente a un hombre de primera categoría y capaz en cualquier campo, tanto en el artístico como en el económico. Las enfermedades que caracterizan a este signo son las que afectan sobre todo a los ojos, los oídos y los’dientes. Es el signo en el que antes cesa la actividad sexual, alcanzando en poco tiempo el climaterio masculino, que vendrá acompañado de síndromes depresivos que afectarán gravemente a todo el sistema nervioso, a veces de forma irreparable. También la arteriosclerosis lo alcanza antes de lo normalmente previsto. Llevado por su instinto de conquista, tanto en el campo laboral como en el afectivo, empezará y llevará a término en breve tiempo éxitos efímeros, honor y gloria.
La simpatía que emana de este tipo puede crearle muchos enemigos porque es tomada como soberbia. Junto con el Escorpión es el niño más apasionante de educar por la vitalidad que lo caracteriza. La educación de este niño debe consistir sobre todo en hacerle amar las cosas bellas y a racionalizar su inteligencia, demasiado dispersa. Los deportes en los que destacará serán los destinados a descargar su energía nerviosa.