Aunque los Aries exigen que su amante satisfaga todos sus deseos, para conquistarlos es necesario ser muy sutil en este aspecto.
Por un lado, ansian alguien que obedezca a sus caprichos, pero por otro, cuando no encuentran rebeldía ni actitudes inteligentes, pierden el respeto y la fascinación por la persona que tienen a su lado.
Si saben de antemano que van a conseguir todo lo que se proponen, el juego pierde para ellos todo interés, porque deja de constituir un desafío. Ansian el sí de alguien con personalidad propia, no de alguien sumiso.
Por eso, quien quiera conquistar a Aries deberá ceder algunas veces, pero mantenerse muy firme otras. De lo contrario, sólo obtendrá su menosprecio.
La energía, el entusiasmo, la inteligencia y el sentido del humor son cualidades que valora mucho en un amante, por lo que quien pretenda tener un lugar en su vida, no podrá carecer de alguno de estos rasgos.
Para retener su amor será necesario amarlo sin aprisionarlo y, a la vez, mantener una buena dosis de independencia. Al ariano le gusta sentir que no lo conoce todo de la persona amada y que ésta crea a su alrededor un cierto halo de misterio.
Los celos pueden resultar una ayuda valiosa para atraer su interés, siempre que no resulten excesivos. Si piensa que no tiene todo ganado, sino que tiene que ganarlo todos los días, sentirá que la relación es un desafío, pero una conducta demasiado intrigante puede hacer que su pasión se extinga.
Aunque jamás pide ayuda porque exponer sus debilidades lo hace sentir indefenso, necesita una persona consciente de la fragilidad que esconde bajo sus actitudes avasallantes y que pueda proporcionarle apoyo en el momento oportuno, sin hacérselo sentir demasiado.