Los niños del Verano

¿Por qué calculamos la carta astral a partir de la fecha de nacimiento y no a partir de la fecha de concepción del niño? Nos lo preguntamos una y otra vez y no sin fundamento, ya que para el astrólogo cada instante corresponde a una configuración astral precisa y única. A priori, podríamos decir que se trata simplemente de decidirse entre una y otra fecha, pero éste no es el caso.
De entrada, subrayemos que, por razones evidentes, resulta mucho más difícil y aleatorio definir el instante preciso de la concepción de un niño que saber el momento e incluso la hora exacta, de su nacimiento. En efecto, el instante de la concepción se produce en la misteriosa vida intrauterina y aunque algunas mujeres tengan una idea del día en que se produjo, nunca tenemos la certeza de ello.
Pero éste no es el criterio esencial que induce a los astrólogos a considerar el instante y las coordenadas del nacimiento para calcular y establecer la carta astral. La razón principal es el hecho de que el alumbramiento es el momento en que el niño adquiere su primera autonomía de ser, realizando su primera respiración completa. Así, para un astrólogo, puede decirse que un niño ha nacido en el momento en que inspira y espira una bocanada de aire por primera vez. Recordemos que, según las antiguas creencias, el aire se asociaba simbólicamente al alma. Actualmente sabe-
mos que hace circular y oxigena la sangre.
Los hombres de la Antigüedad lo entendieron así basándose en criterios distintos a los nuestros. Creían que el alma circulaba por la sangre y se manifestaba en el momento del nacimiento. Actualmente, las investigaciones y estudios científicos han demostrado que la memoria refleja, en la vida intrauterina, empieza a manifestarse a partir del tercer mes de embarazo. Por tanto, a partir de este momento la personalidad del futuro niño empieza a estructurarse. Así pues, cuando realizamos la carta astral de un recién nacido nos enfrentamos a una personalidad ya estructurada, aunque ésta todavía no se haya manifestado o desarrollado.