Características de Cáncer

El signo de Cáncer, del 21 de junio al 21 de julio, atravesado por el Sol, está bajo el dominio de la Luna, y esta merece un puesto prominente dada la cantidad de influjos que puede determinar. Domina los impulsos naturales, regula la vida sentimental, provoca deseo de viajes y cambios, otorga exquisita sensibilidad y predisposición para las artes y las facultades de médium, concede intuición rápida, etc. A veces hace que los nacidos en este signo sean pasivos, contempladores y estáticos. Regula las funciones de los órganos femeninos, determina la fertilidad y esterilidad, sus fases regulan las gestaciones y los nacimientos, sus manifestaciones influyen sobre el humor de las mujeres y de los niños. La Luna, si es negativa los hace irritables, extravagantes, histéricos y nerviosos. Su influjo es grande, llega a determinar los ascensos y descensos de las mareas, y es lógico pensar que en las fases de luna llena o luna nueva, influya sobre los individuos hipersensibles y sobre las condiciones atmosféricas. El 22 de junio, la Luna inicia su camino hacia el cénit. La noche se hace más larga y el poder de la Luna es más intenso. Este poder hace a los nacidos en el signo de Cáncer muy flemáticos, fácilmente impresionables con altibajos nerviosos, ricos en vuelos de la fantasía, hipersensibles, sujetos a simpatías vivísimas y a antipatías declaradas e instintivas. El continuo alternar de las fases de la Luna hace que su carácter sea muy variable, y produce sensaciones que van desde el desenfado inconsciente a la más negra melancolía. Los nacidos en Cáncer son como barómetros muy sensibles y en todas sus manifestaciones nunca hay indiferencia, sino participación negativa o positiva.
El nacido en Cáncer a veces tiende a preocuparse exageradamente por cosas banales: se ofende con facilidad o se impresiona como un niño.
Su imaginación, tan fértil, le crea obstáculos donde no los hay y le hace obrar con cierta desconfianza en sus relaciones con los que le rodean. Lo que otros consideran problemas fácilmente solucionables o pasajeros se transforma para ellos en una cuestión de capital importancia y no están tranquilos hasta que no los han resuelto; Son muy sensibles a todas las variaciones de humor y de ambiente.
En un espléndido día de sol, el nacido en Cáncer se sentirá alegre, satisfecho, feliz; si el cielo está encapotado se mostrará incómodo y taciturno. En efecto, es capaz de estar malhumorado durante varios días hasta que no suceda algo que le haga cambiar de pronto su porte. La vida del nacido en Cáncer se transforma de este modo en una continua variación de estados emotivos, en relación con las vicisitudes de la familia, sus relaciones con los hermanos, con el mundo externo, etc. Al mismo tiempo, los nacidos en Cáncer son sensibles, de fácil generosidad espontánea, divertidos y afortunados. Desde jóvenes, su sentido del dinero los lleva a ganar, a crearse una sólida posición económica. En los tipos negativos esta tendencia a acumular puede inducirles a cometer acciones poco claras, a desembocar en acciones arriesgadas. Tienen, pues, que ir con cuidado en los dobles juegos, para no dejarse confundir y no llevar sus negocios de manera demasiado incontrolada. Son muy caseros, les atrae mucho permanecer en su casa; son rutinarios al mismo tiempo aman los viajes y la variedad.
Cáncer necesita sentir su «caparazón», sentirse rodeado de las cosas que ama o que colecciona con afecto y absoluta precisión. Necesita compañía y la busca, a pesar de que a veces declara que prefiere estar solo y desea que le dejen en paz. Urge, pues, ayudarle desde pequeño, a que sea optimista, para que sepa valorarse y manifestarse, que son cosas que a menúdo odia. Sus ideales son altísimos y en nombre de estos a veces está dispuesto al sacrificio, a cambiar de país si es perseguido aun permaneciendo como intelectual más que como hombre de acción. Siente muy acusado el amor por la patria, y son por tendencia conservadores y tradicionalistas. Los nacidos en Cáncer tienen divergencias con sus hermanos y a menudo con su padre, porque pueden sufrir a causa del autoritarismo. Si tienen hermanos mayores tienden a superarles, y su ideal sería haber nacido antes que los otros, porque les espolea un gran deseo de mando.
Aunque dispongan de grandes viviendas, con frecuencia amuebladas de modo extravagante y a la vanguardia, a los nacidos en Cáncer les gusta tener un lugar apartado, sólo para ellos, en el que expansionarse y ordenar sus colecciones, los objetos que recogen y puedan reparar, pintar de nuevo, buscar, etc. Son grandes coleccionistas y conservadores a ultranza de pequeños recuerdos. Nunca desperdician nada: si se desea un trocito de cuerda, un clavo, un dientecito de leche caído en la niñez, un tubito de pintura medio seco, en resumen, cualquier banalidad incluso disparatada, habrá que buscarla en una familia en la que haya un nacido bajo el signo de Cáncer; la habrá conservado porque tiende a guardarlo todo y sus pequeños objetos están divididos y clasificados a la perfección. Entre los nacidos en Cáncer es posible, pues, encontrar a grandes filatélicos y numismáticos, arqueólogos, músicos, cantantes, estudiosos; todo cuanto sea aplicación va en consonancia con ellos. En especial les gustan los trabajos precisos y bien definidos, minuciosos y pacientes.
A menudo su iniciación en el campo del trabajo se ve obstaculizada por su incapacidad a someterse a alguien; no toleran tener superiores que no estén a su altura y difícilmente llegan a frenar su impulso, que es el de mandar más que de obedecer. Por instinto los nacidos en Cáncer son jefes, y a su dificultad en adaptarse corresponde un enorme éxito profesional, porque son constantes y tenaces y si se meten algo en la cabeza llegan a conseguirlo. Su carrera se hace entonces brillante, rica en satisfacciones y afirmaciones y su posición económica envidiable, porque es muy sólida y fundada en el ahorro a pesar de que los nacidos en Cáncer sean generosos y no escatimen ni con los demás ni consigo mismos.
Los nacidos en Cáncer son también románticos y sensibles, odian las contrariedades, tienen necesidad de finura, de distinción, de ambientes armoniosos, no hay que intentar que cambien sus costumbres, ya que se corre el riesgo de que se vuelvan irascibles y cerrados. En tal caso, es mejor dejarles estar tranquilos, sin preguntarles qué les sucede si están enfadados, y no interesarse tampoco por si no se encuentran bien. Responderían mal o entablarían una discusión buscando tres pies al gato por el gusto de ser polémicos. En cambio con amabilidad y haciendo como si nada, cuando ha pasado un poco de tiempo el nacido en Cáncer se desboca, sale de su mutismo y de su mundo interior y se vuelve alegre y sociable. Tratando con él, lo importante es no tomárselo demasiado a pecho, si no hacer gala de mucha diplomacia e intentar secundarlo y halagarlo, mostrándose amables pero no invasores. Odia que se curiosee sus cosas, que se le quite algo sin haber autorizado antes a ello. No hay que ordenar nunca sin su permiso el armario o el escritorio de un nacido en Cáncer pues nos odiaría durante mucho tiempo.
Los nacidos en Cáncer sueñan mucho y son supersticiosos, a menudo tienen pequeñas manías: tocar tres veces un objeto, beber a pequeños sorbos, como si se tratara de un rito propiciatorio, realizar exorcismos y además creen en los días faustos e infaustos, puesto que han nacido bajo la Luna y en efecto para ellos es importante lo que para los otros carece del menor relieve.
Es conveniente familiarizarse con él y si se tiene algún problema confiárselo y les ayudará, porque siempre está animado de óptimos propósitos. Si tienen algún disgusto, sabrá encontrar la palabra buena para animar.
Por otro lado, evítese siempre el engaño; al tipo Cáncer le molesta mucho tener que decir que no, pero si se da cuenta de que ha sido tratado con engaños o sin la debida lealtad se irrita y se ofende.
Le fastidia la curiosidad y las intromisiones en su vida íntima; en familia no hablará nunca de sus afectos; será poco expansivo y, sin embargo, esta es tan sólo una apariencia, porque cuando quiere sabe tener sentimientos delicados y afectuosos. El nacido en Cáncer es especialmente sensible a la opinión que los demás se forman de él, y por tanto, procura actuar siempre según normas bien precisas, que no sean de tendencias extremas; le gusta conservar, y le gusta ser conservador también en las tradiciones. No le gusta cambiar de casa, mucho menos de ciudad y menos todavía costumbres. Se siente atado a todo cuanto le rodea. Adora los coches viejos, y sería muy feliz si pudiera poseer un automóvil antiguo pero que funcionara bien años. Su país ideal es Inglaterra, donde iría enseguida a vivir y se sentiría a gusto. Ama también las cosas raras y las extravagancias, sigue bastante la moda en el vestir, le gusta causar impresión y que hablen de él.
A menudo utiliza cierto tono que le hace parecer soberbio, se preocupa mucho de sí mismo, de su propio parecer y le gusta si en familia se le trata con la debida consideración. En momentos de peligro y de necesidad hay que dar gracias al cielo si tenemos cerca a un nacido en Cáncer: por su decisión inmediata, los reflejos activísimos, la seguridad de juicios, el nacido en Cáncer es un precioso consejero y válida ayuda. Los amigos pueden contar con él: su intervención es rápida y generosísima.
En cambio, sufre en un ambiente que no es el suyo y que no le gusta, porque instintivamente querría cambiarlo. Incluso si vive en una habitación de hotel conseguirá pronto darle un toque personal al ambiente. Por otra parte, le gusta la vida cómoda y aprecia los placeres del mundo, a pesar de que nunca manifestará abiertamente su entusiasmo por una u otra cosa. Su pasión por la mecánica se debe a su instinto agudísimo por la precisión. Así pues, es un buen conocedor de motores, de técnica. No pidan nunca a un nacido en Cáncer que les preste su coche, pues sufrirá por ello. Y si, finalmente, consiente lo hará de mala gana.
Cáncer es bastante deportista, pero todas sus actividades están inexplicablemente ligadas al agua. Experto nadador, le atrae con firmeza la pesca, el esquí acuático y el waterpolo. Déjenlo cerca del mar y se sentirá feliz. Verdaderos hijos de la Luna, los nacidos en el signo tienen un profundo sentido religioso, más en el ánimo que en la práctica, de la cual a menudo rehuyen. Pueden pasar largos períodos de misticismo, vivir en una ermita por propia voluntad o incluso aislarse completamente, aun estando en compañía de mucha gente. Saben apartarse y meditar llenándose de nuevo y encontrando en sí mismos nuevas fuerzas y nuevos objetivos. Su «marcha atrás», como la representación de su signo, les hace evocar cosas pasadas, pero de las que ellos saben sacar lecciones para el presente y válidas experiencias para el futuro.
Este es el signo conservador por excelencia, sobre todo en lo concerniente a su pasado, que para él representa lo más bello y querido de la existencia. Es un signo de agua, cardinal, femenino, en el que la Luna ha elegido su domicilio, lo que le da una gran afectividad por su familia y la persona amada. Es crédulo a todo lo que se le dice y, dada su extrema receptividad, se conmueve con las historias dramáticas que escucha. Tiene una personalidad complicada, a la que difícilmente puede accederse. Desde niño hay que dirigir su carácter hacia un fin preciso, de modo que sepa distinguir entre el bien y el mal, sin por ello castigarlo con excesiva severidad. Hay que tratarlo siempre con dulzura para obtener de él lo que se quiera; pero, atención, si ve que los demás se comportan con él hipócritamente para manejarlo a su gusto, se convertirá en un enemigo implacable.
Es un romántico atraído por todo lo que representa belleza, dulzura y sobre todo feminidad y gusto por el amor. Aunque indolente, pondera bien las decisiones que debe tomar, y cuando llega el momento de llevarlas a cabo, nada ni nadie puede hacerle desistir de su empeño. La voluntad del Cáncer se completa y manifiesta sólo cuando encuentra a su lado una persona de carácter fuerte y autoritario que, sin embargo, no lo tome a la ligera o lo trate con sarcasmo.
No es raro que el Cáncer lo plante todo en un momento dado por una frase burlona dicha en momento poco oportuno. Así como el Géminis es un narcisista convencido y convincente, el Cáncer es fácil que llegue a serlo cuando el mundo exterior, compuesto por la familia y compañeros de trabajo, no logren comprender sus manifestaciones típicamente emotivas. La fisonomía de este signo no es de las más agradables, por la redondez de las líneas del rostro que les prestan una expresión algo ausente y fuera de tiempo. El estómago es la parte más delicada de todo su organismo; úlceras, diabetes y cólicos renales son los males a los que más fácilmente se ve sujeto. Tiende a la obesidad ya desde la juventud.
La continua necesidad de ser considerado por lo que vale, le aporta disgustos que inevitablemente le afectan en el aspecto físico, dañando gravemente su sistema neurovegetativo. La emotividad de este signo le lleva a considerar el arte como algo grandioso y capaz de absorber todas sus energías tanto psíquicas como físicas, como se demuestra en el caso del pianista y compositor Tchaikovsky, el director de cine Ingmar Bergman, el filósofo Jean Jacques Rousseau y el escritor Mar-cel Proust, nacidos bajo el signo de Cáncer. Antiguamente este signo era representado como el crustáceo encerrado en su caparazón protector. Más que el cangrejo se solía representar al camarón, cuyo significado era la introversión y la dificultad de comunicación. El camarón, como se sabe, camina hacia atrás y el individuo nacido bajo el signo de Cáncer niega las verdades desagradables y guarda celosamente sus secretos y los de los demás.
Efectivamente, vemos cómo a menudo el sujeto se encierra en sí mismo, dentro de su cascarón, del que sale sólo esporádicamente. Lo que significa un continuo rechazo del sujeto frente al mundo externo. El individuo ama la vida íntima y cultiva sus propias aspiraciones; no por nada ha elegido la Luna su domicilio en este signo, ya que la Luna es el planeta de la tranquilidad, la familia y el calor del hogar.
Este signo tiene tan desarrollado el sentido trascendental de la vida que difícilmente soporta la personas banales o insignificantes, pero, como al mismo tiempo teme a las personas más inteligentes y preparadas que él, encuentra una salida muy simple, que es la de fiarse únicamente de su propio instinto. Siempre le parece que no ha hecho suficiente y se encuentra casi siempre insatisfecho del trabajo y las acciones emprendidas.
La relación sentimental es para él de una gran importancia, pero exige que el amor que él ofrece sea correspondido en igual medida por la persona amada. El ideal de mujer con el que sueña es más que bella, buena, más que refinada, femenina, y, sobre todo, una buena madre para sus hijos. La búsqueda constante de la mujer ideal con la que vivir, es, a veces, fatigante y se convierte en una espina constante que compromete la ya acentuada emotividad del sujeto. Lo dicho para el hombre es también válido respecto a la mujer.