La persona que tiene esta combinación astrológica no es muy afortunada puesto que el Capricornio los hace ser extrovertidos, mientras Júpiter en Escorpio los inclina de forma exagerada hacia lo opuesto.
Les gusta el perfume del misterio; para ellos el riesgo es un placer, por eso consiguen conciliar difícilmente estos dos extremos: demasiada prudencia y demasiada imprudencia.
No les gusta seguir caminos que no hayan sido ya transitados por otras personas, en cambio desean abrirse camino, incluso solos y en plena jungla. La emoción de lo nuevo, de la aventura los hace sentirse vivos.
En amor no saben ser felices: no encaja con ellos una pareja demasiada tranquila que no sepa estimular su curiosidad.
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