Júpiter

Júpiter representa la inserción de la persona en el mundo, las posibilidades de éxito y aprobación social, la capacidad de disfrutar serenamente de las oportunidades que ofrece la vida; la inclinación al optimismo, a la extroversión, al hedonismo, a una actitud sociable y afable que permite facilitar la existencia a través de una solución sencilla y pacífica de los problemas. El atributo de Júpiter de «astro de la fortuna» es por decirlo de alguna forma el resumen de sus características: una buena posición de Júpiter en el horóscopo hace que la vida sea más feliz porque suaviza las dificultades, favorece la expresión y el reconocimiento de las cualidades personales, inspira confianza en sí mismo y en el prójimo, inclina a la paz y a la satisfacción; la riqueza moral se confirma incluso en el plano material y se determina de esta forma la importancia del planeta en relación con la realización financiera y social. Júpiter inspira la euforia y el entusiasmo que llevan al hombre a abrirse, a manifestarse con franca sinceridad e íntima seguridad, respetando siempre las reglas y las convenciones que gobiernan la vida en común; lealtad, sentido del honor y un sano respeto por las tradiciones son las cualidades propias del planeta. Júpiter mide además la generosidad y la capacidad de apreciar los placeres más consistentes de la vida, determinando el gusto por la comodidad, la holgura y el bienestar.
Una colocación dominante del planeta en el tema astral atribuye un temperamento amable, benévolo, moral, que cosecha fácilmente simpatías y acuerdos y normalmente no debe realizar grandes esfuerzos para afirmarse en la existencia; completan el cuadro sentido común, sabiduría y un poco de paternalismo.