Capricornio ocupa en el círculo zodiacal la décima Casa, o Medio Cielo, el punto más alto alcanzado por el Sol en su movimiento aparente, por eso es también el signo del éxito y corresponde, en el ámbito evolutivo individual, con la plena madurez, con la edad de la total autonomía psíquica y material.
Trabajadores tenaces, cuando llegan a casa desean tener una atmósfera acogedora y tranquila. Su casa es generalmente una joya, decorada con óptimo gusto y refinamiento, pero sobre todo cómoda.
Les gustan los muebles antiguos, los relojes de péndulo, posiblemente una chimenea en el salón, donde poderse relajar y tener largas
conversaciones con la persona amada o los pocos amigos que gozan de su confianza. No les faltará un rincón de estudio con objetos originales sobre el escritorio.
La persona que ve por primera vez la casa de un Capricornio se queda favorablemente impresionada y notará lo acogedora que es, su funcionalidad, pero al mismo tiempo, nada moderna.
En estas casas se encuentran casi siempre plantas maravillosas porque los Capricornio tienen buena mano para la jardinería y están en perfecta sintonía con la tierra y la vegetación, más que con el prójimo; saben hablar realmente con las plantas que se lo agradecen con sus flores.