Marte

Marte representa la carga agresiva que necesita el individuo para introducirse activamente en el mundo, para superar los obstáculos e imponer su personalidad. Por lo tanto, es símbolo de energía y acción: indica el espíritu de afirmación, la fuerza de voluntad, la vitalidad con la que la persona afronta las circunstancias de la vida; su fuerza se expresa con impulso instintivo, impetuoso, despojado de constricciones, determinando el atrevimiento y el coraje, estimulando la combatividad, la competición y el antagonismo. En cuanto al carácter, Marte indica la independencia, las tendencias directivas y autoritarias, el dinamismo, el entusiasmo, pero también el espíritu de rebelión, la irascibilidad. Según la posición en el tema astral, la energía marciana puede desembocar en imprudencia, provocar actitudes bruscas e irreflexivas, volverse destructiva y violenta; o cuando la carga activa y vital se ve bloqueada, puede causar frustraciones, desánimo, incapacidad para actuar de forma incisiva. La influencia de Marte es muy importante para determinar la capacidad de realización práctica del individuo, puesto que mide la fuerza personal a través de la acción directa.
El astro representa además la vitalidad física y la predisposición hacia el deporte, los contrastes y las luchas con los demás, los incidentes y los golpes; en un tema específicamente femenino indica la figura del amante, del marido, la imagen masculina por la que la mujer se siente más atraída; en el tema de un hombre representa su propia virilidad.
Una posición dominante de Marte en el tema natal denota un temperamento impulsivo, dinámico, rápido en las decisiones y en las acciones, autónomo, llevado a imponerse por la fuerza y por lo tanto poco dotado de tacto y sensibilidad; confianza en sí mismo y buena voluntad favorecen éxitos brillantes, conseguidos gracias a intensos esfuerzos personales.