Urano

Urano es el primero de los planetas modernos, es decir descubiertos con el uso de instrumentos ópticos, cuya existencia era desconocida para nuestros antepasados.
Representa la fuerza de decisión, la voluntad que escoge y se manifiesta de forma drástica, resolviendo las situaciones desde la raíz; está asociado a la rapidez, al impulso fulgurante, a los acontecimientos imprevistos y su energía se expresa como reacción inmediata a los estímulos, como resorte, rapidez de reflejos, y gran velocidad de acción.
Urano proporciona la chispa que enciende la voluntad individual y la lleva a manifestarse mediante una acción impulsiva, súbita, concentrada sobre el resultado inmediato y por lo tanto, eficazmente resolutiva; representa la fuerza de renovación que hace emerger los problemas para resolverlos, eliminando las cosas superadas e inútiles; describe los cambios bruscos, las rupturas con el pasado, las novedades inesperadas, en definitiva, todo lo que interviene en la modificación radical del statu quo.
Urano estimula el espíritu de afirmación individual, sujetándolo con el útil instrumento del pragmatismo, del sentido de la oportunidad, de lo que es conveniente en el presente; inclina al alejamiento de las convenciones y de las consideraciones morales, suscita la habilidad inventiva, técnica y manual.
En el tema natal el astro indica cómo expresa la persona su propia individualidad, y además la capacidad de actuar de forma rápida e incisiva, ante la necesidad de tomar las riendas del propio destino mediante elecciones decisivas.
Cuando Urano está en posición dominante, da lugar a una personalidad original, independiente, decidida a demostrar su diversidad; el nativo tiene un carácter brusco, imprevisible, está inmerso en el presente, en el que vive a un ritmo rápido, preparado para advertir las exigencias de cambio y a sumergirse en la nueva realidad; a menudo su vida atraviesa drásticos cambios de rumbo.