Venus

Venus gobierna la esfera del sentimiento y del placer, los contactos afectivos de la persona con el mundo exterior y las gratificaciones que recibe de él. Representa, por lo tanto, la capacidad de amar en el sentido más amplio: el tipo de afectividad y de expresión de los propios sentimientos, el grado de altruismo, de disponibilidad a la implicación afectiva; pero también la sensibilidad por todo lo que es bonito, agradable, armonioso y la capacidad de gozar de ello con sereno hedonismo. Venus representa la paz, la conciliación, la comprensión basada en el amor: por lo tanto, es muy importante para hacer más fluida y armoniosa la vida social, para prometer éxitos y simpatías. Se trata, de hecho, de un elemento fundamental de la atracción personal, no sólo bajo el aspecto físico: determina la sensualidad, la cualidad de saber suscitar comprensión y atracción.
La vida amorosa está particularmente influenciada por Venus, que indica no sólo la disposición sentimental, sino también sus gustos y sus expectativas, la forma de colocarse frente a la pareja y de manifestarle su amor y fidelidad. Desde la posición de Venus en el tema astral se pueden obtener indicaciones acerca de la vida sentimental: los ambientes más agradables para los encuentros afectivos, las uniones más prometedoras, posibles problemáticas en la relación de pareja o a nivel sexual.
Venus indica además el gusto estético, el talento artístico, las cualidades creativas.
Cuando el planeta está en posición dominante en el tema natal, determina un temperamento sociable, simpático y amable; la persona es sensible pero poco trabajadora, prefiere el placer al compromiso, pero a menudo se siento favorecida por las circunstancias, por el apoyo y la simpatía del prójimo; Venus recibe el nombre de la pequeña fortuna y protege bondadosamente a los nativos situados bajo su influencia, que saben hacerse querer y también disfrutar de las alegrías de la vida.