Qué significa soñar con Agua

El simbolismo del agua es de una riqueza realmente notable. Es, sobre todo, el símbolo del inconsciente. Matriz primordial del origen de la vida animal y vegetal, es también símbolo de prosperidad, fertilidad, fecundidad, regeneración y purificación. La inmersión en el agua simboliza en especial el retorno al útero materno, la nostalgia del líquido amniótico que envuelve y protege. Caer en el agua simboliza, en cambio, una regresión psíquica. Cuando el agua cae del cielo es una expresión del espíritu. El baño, la inmersión, sea en un río, sea en una piscina, sea en una bañera refleja una necesidad de cambio, de retorno a un estado anterior de juventud o de infancia; el agua del baño es un elemento de regeneración que purifica y elimina aquello que se ha manchado. Si el agua en la que se hace la inmersión está limpia y en ella se flota con facilidad, es signo de confianza en uno mismo y de capacidad para superar las dificultades, pero si se siente miedo a ahogarse, estamos ante un complejo de inferioridad. En cambio, si el agua en la que se realiza la inmersión está sucia o llena de hojas muertas, quiere decir que se siente íntimamente el deseo de hacer desaparecer el pasado.
El agua estanca de un lago o de una estanque es señal de equilibrio, mientras que el agua corriente corresponde al deseo de liberarse de los propios remordimientos. Un exceso de agua, en especial cuando se ve sumergida la habitación del propio soñador, es señal de que este corre el riesgo de ser arrollado por su inconsciente. Una inundación revela la liberación de la energía sexual. Beber en una fuente simboliza el deseo de alcanzar los orígenes del conocimiento.
Según Freud, el agua representa el útero materno, opinión compartida también por Jung, para el que este símbolo identifica el inconsciente y el arquetipo materno.
La interpretación popular dice que aguas calientes y limpias son presagio de prosperidad. Aguas agitadas, en cambio, representan heridas morales, y un surtidor anuncia situaciones tormentosas. El agua limpia de un riachuelo promete un buen empleo, pero si es turbia habla de daños y pérdidas. Agua pura de fuente es señal de salud y prosperidad, pero si es fangosa indica enfermedad. Transportar agua significa que se dejan salir los excesos; si está acumulada en una bañera anuncia una felicidad envejecida. Prepararse un baño en una bañera equivale a una lucha victoriosa. Si falta el agua, la felicidad desaparece, y si el baño es excesivamente caliente o frío, estamos muy cerca de una traición.
Entre los antiguos intérpretes, Artemidoro veía en el hecho de beber agua fría un presagio de felicidad, y caliente, un anuncio de enfermedad. Para los egipcios, ver reflejada la propia imagen en el agua indicaba la muerte del soñador o de uno de sus familiares. El árabe Ibn Sirin puso el acento en el aspecto del agua: turbia era indicio de preocupaciones y pérdidas; hirviendo anunciaba calumnias.
Según la interpretación china, hallarse en dificultades en el agua revela un mal funcionamiento de los riñones.