Qué significa soñar con Dulces

Los dulces, como todos los alimentos en general, simbolizan los acontecimientos sentimentales, el amor. No es casualidad que después de algún problema candente, en especial una desilusión amorosa, se comience a comer en exceso, preferentemente cosas dulces. Se trata de una regresión al estadio infantil del lactante, en el que los instintos se orientan exclusivamente a la comida.
Soñar que se compran y comen dulces puede ser la compensación a una necesidad afectiva frustrada. Sin embargo, también puede representar un suministro de energía psíquica necesaria. Una persona que en el sueño nos da dulces se convierte en un dispensador de energía.
Considerando, además, que para mantener un buen estado de salud, el organismo necesita que el nivel de glucosa en sangre se mantenga entre ciertos límites, la medicina ve en el consumo onírico de azúcar y dulces una posible caída del nivel de glucosa. Freud ve en los dulces la representación de las delicias del amor y Jung los define como compensadores de situaciones psíquicas.
También la interpretación popular proyecta en el plano amoroso los manjares dulces. Comprar dulces es presagio de lograr la felicidad en el amor; comerlos reporta bienes materiales; recibirlos como regalo significa ser deseado. Soñar que se ve azúcar o dulces es una advertencia a no fiarse de las personas que nos rodean.
Se explica en la Biblia, precisamente en el Génesis, el sueño de un panadero del faraón de Egipto:

Tenía en mi sueño tres bandejas de dulces sobre mi cabeza, en la más alta estaban todos los que más gustaban al faraón, pero los pájaros se los comían.

José, que, como sabemos, tenía la facultad de interpretar los sueños, predijo al panadero que sería destituido de su cargo y después condenado a muerte. Así ocurrió realmente después. Para algunos intérpretes de la Antigüedad, los dulces son, como se puede constatar, portadores precisamente de lo que no es dulzura. Nicéforo habla de grandes problemas para quien soñara que comía dulces, y Daniel, en cambio, identifica con esto la señal del pecado. Otros intérpretes antiguos ven simbolizada la protección frente a las enfermedades y el triunfo sobre los enemigos.