Simboliza el inconsciente. Dante ejecutó de manera lírica, pero sobre todo íntimamente, su descenso al infierno para llevar adelante su propio proceso de individualización y alcanzar la madurez de su personalidad. Sólo después de una inmersión en el océano nocturno del inconsciente colectivo, el poeta pudo disfrutar con plenitud de su individualidad recuperada, del paraíso.
El infierno es el símbolo de aquella parte del inconsciente en el que se encuentran los más terribles contenidos de la psique. Tomar conciencia de ello significa llevar la personalidad a un mayor grado de equilibrio, madurez y sabiduría.
Por este motivo, los héroes legendarios, como Eneas, Hércules, Teseo u Orfeo, descendieron a los infiernos antes de adquirir las dotes que los elevaron por encima de los demás mortales. El infierno simboliza también una situación psíquica difícil e infeliz, para la cual, se cree, no hay esperanza.
Es también representativo de una figura materna negativa. Para Freud simboliza la vagina, por eso el contacto onírico con el Hades representa para el hombre el acto sexual; es, además, el símbolo del oscuro mundo subterráneo. Para Jung es un símbolo del inconsciente colectivo.
Según la interpretación popular el infierno es representativo de un problema importante: si al concluir el sueño uno se encuentra todavía en el infierno significa que no se llegará fácilmente a la solución, pero en caso de conseguir escaparse del infierno sí que se conseguirá solventar el problema. Una estancia onírica en la casa del demonio hace prever desilusiones de tipo afectivo.
Después de un sueño de este tipo, los antiguos intérpretes persas exhortan a no pecar. Además, interpretan este símbolo como el retorno de un viaje, y el dolor de encontrarse oprimido en el infierno se ve como un dolor existencial por todos los problemas del mundo.
El libro asirio de los sueños considera el descenso a los infiernos como una prolongación de la vida, y lo interpreta como un presagio de muerte. Descender y volver a ascender simboliza un renacimiento dotado de renovadas energías y nuevos conocimientos.
También para los babilonios este sueño es un anuncio de la muerte del soñador, que además no tendrá sepultura en la tierra.
Pero destacan también que soñar con el descenso al infierno y ser maldecido por los residentes quiere decir que se tiene como don de los dioses una larga vida.