En términos oníricos el metro viene a representar, como ocurre también en el caso del tren, las etapas de la vida, la actividad cotidiana, la vitalidad, los esfuerzos del hombre por avanzar en su curso existencial. Hay un matiz freudiano claramente perceptible en el hecho de que se trata de una vía subterránea, aspecto que lo vincula con la vagina.
Verlo pasar tiene que ver con el arribo de buenas noticias, con propuestas interesantes que están relacionadas con el mundo laboral.
Entrar en el metro es una de esas señales oníricas que hablan siempre de la necesidad de comunicarse con los demás.
Si el metro está vacío, indica limitaciones personales, complejos y miedos que nos impiden avanzar hacia el éxito.
Verlo pasar tiene que ver con el arribo de buenas noticias, con propuestas interesantes que están relacionadas con el mundo laboral.
Entrar en el metro es una de esas señales oníricas que hablan siempre de la necesidad de comunicarse con los demás.
Si el metro está vacío, indica limitaciones personales, complejos y miedos que nos impiden avanzar hacia el éxito.