Qué significa soñar con Fuego

Cuando en un sueño aparece el símbolo del fuego conviene prestar atención porque se presenta con destacada ambivalencia.
Si, por una parte, el fuego es vida, energía, fecundación, calor, purificación y regeneración, por otra significa destrucción, desencadenamiento de las pasiones humanas y desorden mental: principio divino por un lado (el Espíritu Santo se representa por la llama) y símbolo del infierno por otro.
Soñar con fuego nunca es insignificante, por eso el sueño debe ser estudiado con especial atención para distinguir si se trata de un fuego o de un incendio. El fuego, uno de los grandes fenómenos de la naturaleza, es el símbolo de la energía psíquica, de la intuición, del conocimiento, del amor y de la sensualidad. El incendio es símbolo de peligro y debe ser considerado seriamente, porque el inconsciente sólo recurre a él cuando es realmente necesario. Puede ser indicio de un desequilibrio mental, especialmente si el sueño se desarrolla bajo el techo de una casa.
Una brasa incandescente que quema sobre el pavimento traduce una pasión secreta y subterránea, siempre dispuesta a manifestarse impetuosamente. Un incendio que estalla en una caballeriza, es decir, en la sede de los instintos, significa una amenaza para el orden natural de las cosas.
Para Freud, el fuego tiene sobre todo un significado sexual. Ve en este símbolo el despertar del amor en su expresión física. Además de representar la pasión, el fuego es también señal del deseo de poder. Para Jung es una de las imágenes arquetípicas de la energía psíquica, del espíritu y del amor.
La interpretación popular dice que si se sueña un fuego moderado y sin humo el éxito está asegurado; si se ve que cae del cielo, llegarán catástrofes. Cuando el fuego libera mucho humo es presagio de litigios y pésimas noticias. Encender un fuego con dificultades refleja problemas en las actividades personales. Apagar un fuego es sinónimo de una desilusión sentimental y de una renuncia. Verlo encender es considerado favorable para el nacimiento de los hijos.
Símbolo de pasión para los intérpretes de la Antigüedad, es valorado como portador de fortuna de forma especial por los árabes.
Para Artemidoro, un fuego vivo es presagio de felicidad; en cambio, un gran fuego violento es considerado un presagio nefasto, como, por ejemplo, en el antiguo Egipto, donde, además, representaba un peligro de vida para un familiar. Los asirios predecían días tristes para quien en sueños encendía un fuego.