Es un alimento necesario para la vida y el crecimiento de todos los seres animales, por eso simboliza, precisamente, la vida y su conservación, y por eso es el símbolo de la madre, de su afecto y de su protección. Es, sin embargo, también el símbolo del líquido seminal masculino y, por ello, de fecundidad.
Soñar con leche puede revelar la necesidad de recuperar un ambiente de protección como el que se tenía durante la infancia y mostrar un cierto estado de inmadurez.
Freud ve en todas las secreciones y excreciones del cuerpo un simbolismo ligado al dinero; aunque para él también la leche es símbolo de fecundidad.
Jung destaca la leche onírica como expresión de los deseos de sexualidad, además de ser símbolo de fecundidad, maternidad y afectividad.
También la interpretación popular pone el acento en el significado de fecundidad. Soñar con una mujer que tiene el pecho lleno de leche hace prever un embarazo inmediato, y si esa mujer es la propia soñadora, esta imagen le promete futuras riquezas.
Beber leche anuncia un buen estado de salud y serenidad. Desear bebería pero no conseguir tenerla lleva a un estado de añoranza. Rechazar la leche es señal de tener una destacada personalidad; derramarla anuncia una pérdida en el terreno comercial y comprarla supone alegría.
Entre los intérpretes de la Antigüedad, Artemidoro dice que soñar con leche puesta en un recipiente es de buen augurio, pero si está en una bandeja predice problemas.
Soñar que se tienen los pechos llenos de leche significa para la mujer joven un embarazo, para la que es virgen, un matrimonio, a la mujer vieja y pobre le anuncia riqueza, y a la mujer rica, grandes gastos.
Cuando un hombre indigente tiene este sueño puede sentirse afortunado: están de camino abundantes riquezas. La interpretación del árabe Ibn Sirin es positiva: la leche es favorable porque es la imagen del islam y representa la fe. Es de mal augurio para quien sueña chuparla de una mujer.