El avión es la expresión de estar viviendo velozmente: permite sobrevolar las dificultades y alcanzar un éxito rápido aunque no carente de riesgos. Quien sueña con un aeroplano o avión que no consigue despegar porque lleva demasiada carga deberá hacer una elección entre los numerosos proyectos que alberga en su mente. El avión que se eleva en el aire, en el espacio, remite a las ideas y al espíritu, y simboliza también el deseo de libertad y de evasión espiritual. Un combate aéreo revela un conflicto interior, que acabará negativamente si los aparatos se precipitan. Al tratarse de un medio de transporte colectivo, simboliza la manera en que conducimos nuestra vida, por eso es necesario tener presente la atmósfera que hay a bordo, las personas que allí se encuentran y, sobre todo, las propias sensaciones. El miedo, por ejemplo, indica un carácter indeciso.
En el firmamento de Freud, rodeado de símbolos sexuales, también el avión entra a formar parte de la lista de aquellos que representan el órgano masculino, por su forma y el característico ascenso rápido. Volar en un avión puede simbolizar excitación sexual o el deseo de practicar un coito amoroso: si el avión no consigue despegar, estamos ante una inhibición sexual. Este símbolo posee también un componente femenino, por su cavidad y la presencia de personas pasivas.
Para Jung, el avión que se eleva en vuelo separándose de la tierra está vinculado a una elevación espiritual. Simboliza también ilusiones dañinas: de hecho, soñar con volar en avión puede traicionar la tendencia a basarse exclusivamente en el intelecto, perdiendo de vista el sentido de la realidad. Ver este aparato en vuelo indica aspiraciones sociales o profesionales excesivas.
También el avión tiene varios significados en la interpretación popular. Si es el propio soñador el que lo pilota, indica que sabe asumir sus propias responsabilidades; si se lanza en paracaídas desde un avión en dificultades, sabe ciertamente salir de las situaciones complicadas. La imposibilidad de despegar indica capacidades inferiores a las ambiciones, y si el aparato se precipita en vuelo, ha sido seguramente un exceso de optimismo. Duerme, en cambio, tranquilo quien sueña que está cómodamente sentado a bordo de un aparato que vuela: los proyectos que tiene en su mente llegarán a buen puerto.