El caballo, noble exponente de la raza animal es uno de los más importantes símbolos animales. Su incontenible vitalidad es el símbolo del inconsciente, con sus instintos y sus pasiones. Si el soñador tiene una buena relación con su caballo onírico, es señal de buen equilibrio entre el yo y los instintos, pero si la relación caballero-caballo se ve turbada y el animal se encabrita o huye, es señal de una falta de armonía en la vida erótica. Una manada de caballos salvajes testimonia una situación peligrosa. El caballo de manto negro hace referencia a la muerte, a la destrucción y a la miseria; es el símbolo de una energía utilizada negativamente. También el caballo blanco puede ser visto con relación a la muerte, pero, por lo general, es testimonio de una gran fuerza espiritual y creativa, especialmente si se trata de un caballo alado. El caballo blanco puede significar también una falta de realismo.
Freud ve en el caballo la representación de la libertad sexual: soñar que se cabalga equivale al deseo de abandonarse al amor.
Jung lo ve como el principio materno originario, además de como el símbolo de la vitalidad instintiva.
En la interpretación popular cabalgar sobre un animal que es propiedad de otro simboliza un adulterio por parte del soñador en detrimento del propietario del corcel; pero será el soñador el que deba vigilar a su propia esposa si a caballo va otro caballero.
Un caballo rebelde es anuncio de dificultades, un rocín predice una pérdida en los negocios. Caballos atados juntos significan discordias entre amigos.
Cabalgar un animal al galope en una rápida carrera predice alguna cosa catastrófica; sólo si el soñador logra detener el corcel antes de despertarse será capaz de dominar la situación. Cuando se presentan caballos en manada se trata de instintos eróticos difíciles de dominar.
Uno de los intérpretes antiguos, Artemidoro, decía que el caballo es el símbolo de la mujer: el relincho anuncia al soñador que una nueva figura femenina está a punto de entrar en su vida.
Es positivo soñar que se cabalga con seguridad un caballo de carreras, sin embargo, salir a caballo de una ciudad no es una buena señal.
Para una muchacha joven soñar que va a caballo es indecoroso y parece anunciar una carrera poco edificante. Un corcel blanco augura buen presagio, mientras que uno oscuro es portador de maleficio. Ser agredido por un caballo salvaje tiene consecuencias catastróficas.