Es el rey de la selva, el animal que simboliza la fuerza soberana, la realeza, la fuerza de la autoridad y de la ley, la fuerza solar y la fuerza inagotable. Los sueños relativos a los leones revelan la presencia de una formidable energía instintiva que busca cómo expresarse a nivel de la personalidad consciente.
El sueño del león nos dice que hay en nosotros una poderosa energía que busca abrirse camino hacia una personalidad renovada. En sentido negativo representa la violencia, la fuerza animal la tiranía, el odio y la concupiscencia.
¿Qué puede atribuir Sigmund Freud al sueño del león, si no es una ardiente y desenfrenada sexualidad?
Gustav Jung dice que «su majestad» el león simboliza las fuerzas instintivas desencadenadas.
La interpretación popular nos dice que un león en cautividad indica que el soñador se sentirá cada vez más seguro. Conseguir la victoria sobre este temible adversario quiere decir vencer a los enemigos, pero si, en cambio, es el león el que gana quiere decir que se están desperdiciando las energías; una leona con sus cachorros hace prever alegrías familiares.
En el lenguaje de los intérpretes de la Antigüedad el león representa al rey, al magistrado y al patrón. Quien sueña con un león dócil se verá recompensado con las riquezas de su rey o de su jefe.
Si el animal se deja acariciar, el sueño tiene un significado positivo y, en función de la profesión que tenga, el soñador recibirá bienes si es un agricultor, honores si es un soldado, vigor si es un luchador y la confianza de su amo si es un siervo.
Un león enfurecido significa que llegarán problemas y enfermedades. Un león que ruge señala un peligro procedente de un superior jerárquico, y una manada de leones agresivos es un anuncio de guerra. Si una leona rodeada por sus cachorros aparece en el sueño de una mujer quiere decir que esta tendrá felicidad. Finalmente, soñar con tener una frente leonina anuncia el próximo nacimiento de un hijo varón.