Con frecuencia puede verse en sueños un libro abierto, cuyo argumento reproduce la situación psíquica personal. Si se está realmente en posesión de ese libro, vale la pena consultarlo: quizá nos diga alguna cosa respecto a nosotros mismos, alguna cosa que está sucediendo en nosotros y que ignoramos o que preferimos no saber. Puede ser útil, para descodificar el mensaje del sueño, saber a quién pertenece el libro o de qué manera lo hemos conseguido. A veces el título es imaginario y resulta, por ello, oportuno descifrar su significado; también el estado del libro, la cubierta y el color nos dan útiles indicaciones.
Soñar que se tiene y se lleva de viaje un libro cerrado significa que existen secretos que no se quieren revelar o que no se conocen por haberlos olvidado en el propio inconsciente. Un libro muy grande y muy viejo pero fácilmente legible representa al libro mismo de la vida.
El libro es, para Freud, el símbolo del órgano genital femenino y más en general de todo el cuerpo femenino; puede también simbolizar a una prostituta, dado que puede ser hojeado y leído por todos.
Jung ve en este símbolo el conocimiento, con sus poderes y con sus peligros.
La interpretación popular tiene en cuenta, al dar su valoración, la naturaleza del libro y su estado de conservación. Un ensayo representa la sabiduría; una novela, la consolación; un epistolario, las noticias de un amigo. La lectura de un manuscrito es un buen augurio. Si el libro onírico está en buen estado significa que se adquirirán nuevos conocimientos, pero si está maltrecho quiere decir que deberán reprimirse la malas tentaciones.
La voz de los intérpretes de la Antigüedad, especialmente de Artemidoro, ve en las páginas del libro a la mujer y los hijos, representados en los signos que están escritos en sus páginas; el libro completo representa la vida del soñador y los acontecimientos que forman su pasado.
Tener un libro en las manos es presagio de alegría y leerlo hace prever encargos importantes y beneficiosos. Los libros con un contenido científico simbolizan la sabiduría y la razón, en cambio, los de poesía suponen ilusiones y embustes. Observar la cubierta de un libro es signo de melancolía, en cambio estudiar un libro supondrá obtener beneficios. Tener muchos libros es, finalmente, señal de sabiduría.