Qué significa soñar con un Mono

El encuentro en sueños con un mono siempre es penoso. Este animal es, por una parte, divertido por sus movimientos toscos, pero, por otro, indispone por su insolencia, el alboroto que provo­ca, su vanidad (¡dele un espejo a un mono y verá!) y su compor­tamiento indecente.
Sin embargo, lo que más nos turba en este animal es su semejanza con el hombre, el testimonio de alguna cosa no del todo humana presente en el inconsciente.
El mono, desagradable caricatura del ser humano, invita al soñador, a tra­vés del sueño, a realizar una reconstrucción de la personalidad teniendo en cuenta la propia parte inconsciente, instintiva, infe­rior y animalesca. Es una invitación a una transformación psíqui­ca a través de la integración de la personalidad inconsciente en la consciente.
Para Freud, el mono representa la sexualidad masculina en su expresión impúdica. Para Jung se trata de la expresión de la «sombra del hombre, la de aquella parte constituida por aspectos despreciables y reprimidos».
La interpretación popular nos dice que el mono anuncia discu­siones, problemas y litigios. Soñar que se tiene un mono en casa indica problemas con amistades poco fiables.
Si está en un árbol, el mono indica la presencia de enemigos que, con astucia, harán daño al soñador. Un mono al que se lleva de la mano viene a anunciar que el soñador sufrirá un embaucamiento por parte de una persona poco fiable. Este animal simboliza, en la interpreta­ción popular, también la astucia y la infidelidad femenina.
En el lenguaje de los intérpretes de la Antigüedad es un símbo­lo precisamente negativo. Representa a un ser malvado que sólo provoca problemas. Luchar con un mono y perder hace temer que se obtendrán resultados desfavorables en algo; sólo el soñador enfermo que sale victorioso obtendrá su curación; ser mordido por un mono anuncia una serie de preocupaciones. Un mono en sue­ños sólo es anuncio de felicidad para los enamorados.