El niño es el símbolo de la espontaneidad y de la inocencia. El niño del sueño hace referencia a un aspecto interior del soñador, concretamente al niño que hay en él y que quiere integrarse en su personalidad consciente. Si tiene un aspecto heroico o divino anuncia una maduración. Si está triste o abandonado significa que hay alguna cosa que turba o amenaza su vida psíquica, pero la situación es más grave si el niño aparece muerto en el sueño.
Soñar con un niño puede manifestar también el deseo de regresar a una edad sin preocupaciones porque el soñador se siente incapaz de afrontar las dificultades que le acechan en ese momento. Para una mujer, este tipo de sueños expresa, según los casos, el deseo maternal, el miedo ante la maternidad, la voluntad de formar una familia. Freud ve en este símbolo la representación del órgano genital masculino.
Para Jung el niño onírico es el símbolo de la parte infantil que hemos sepultado en el inconsciente y de la que nos estamos alejando continuamente para desarrollar una personalidad más conforme con las expectativas familiares y sociales. Esa parte se hace sentir a través de los sueños para ser recuperada en el yo consciente, y puede ser también un elemento liberador de algunos contenidos interiores y representar la desaparición de una situación conflictiva.
La interpretación popular remite este símbolo a un deseo de maternidad o paternidad. Un niño hermoso y saludable es también indicio de felicidad, mientras que si está enfermo o herido hace presagiar dolor o sufrimiento. Es positivo ver a un niño entre los brazos, sentado en nuestra falda o llevarlo de la mano, o verlo todo junto en el mismo sueño. Reconocerse en el niño del sueño es señal de que se mantiene un comportamiento infantil, por eso es presagio de fracaso.
Los pequeños varones son, para los intérpretes antiguos, un buen augurio; las niñas, en cambio, son portadoras de peligros. Artemidoro explica esta interpretación por el hecho de que a las mujeres hay [había] que darles una dote, por eso anuncian grandes gastos. Soñar con los niños de los demás es favorable sólo si están sanos; en cambio, si el niño está débil anuncia una enfermedad. Un niño en brazos representa un posible peligro, mientras que soñar que se está jugando con un niño es anuncio de felicidad.