Qué significa soñar con un Perro

El perro es el animal que, psíquicamente, se acerca más al hom­bre; es el animal-hermano. Es el símbolo del lado instintivo, de la animalidad conciliada. Cuando en sueños se va acompañado por un perro significa que tenemos una buena relación con las fuer­zas del inconsciente; si el perro se nos rebela, quiere decir que algunos lados de nuestro propio inconsciente, desconocidos o en­cadenados, se están rebelando para ser reconocidos y liberados.
Lo mismo vale para el perro que viene hacia nosotros, supli­cante, poniendo su nariz entre nuestras rodillas: es señal de que nos estamos alejando demasiado de nuestros instintos. El tamaño y el color del animal son también significativos. Otro tanto se deduce del tipo de perro que se presenta en el sueño: un cacho­rro movido y juguetón, un can tranquilo o una pobre bestia aban­donada. El perro es, si así lo queremos formular, un termómetro de la relación con el inconsciente.
Freud nos dice que es el símbolo de la sexualidad desencade­nada y, en general, de todas las pasiones que se esconden en el animal que alberga nuestro inconsciente.
Para Jung, el perro es unas veces el guardián, otras la madre y, cuando es negro, el diablo tentador.
En la interpretación popular hay toda una miscelánea de inter­pretaciones positivas y negativas. El perro blanco es el símbolo de una nueva amistad; el negro, de la traición de un amigo. El perro guardián representa la seguridad y el de caza un trabajo bien remunerado; delgado y maltrecho nos dice que un pariente tiene necesidad de recibir nuestra ayuda; enrabietado anuncia una desgracia, que será alejada si se mata al perro antes de que se acabe el sueño. Llevarlo pisándonos los talones es señal de futuros litigios con personas a las que tenemos por amigas; ser mordido por el perro anuncia una traición.
Si en el sueño aparece una perra, conviene preguntarse por el odio de una mujer. Perros que se pelean anuncian litigios, pero un perro de mirada triste que nos tira de la ropa nos dice que nos espera una bonita amistad que no debemos dejar escapar.
Este querido y fiel amigo del hombre tenía, para los intérpretes de la Antigüedad, un significado nefasto. En cualquier situación que se presente, su significado es siempre negativo. A menudo anuncia enfermedades, pero un perro que ladra y muerde es, además, presagio de adversidad; en especial, si ladra entre las piernas anuncia litigios con personas poco honestas. Cuando nos rasga la ropa es señal de que tendremos problemas.
Un perro blanco simboliza los ataques frontales; el negro, la trai­ción. Atención al perro que manifiesta su amistad moviendo la cola: indica que hay estafas a la vista organizadas por gorrones y muje­res de mala vida. La única excepción entre tanto pesimismo es so­ñar con un perro de lujo que anuncia distracciones placenteras.