El que aparece en sueños es un tribunal interior, en el que el soñador es, al mismo tiempo, juez e imputado. Nadie vive completamente su propia vida sin sentirse alguna vez culpable frente a sí mismo o a los demás: todos estamos citados a juicio.
En el tribunal onírico se desarrolla el proceso a uno mismo, en el que el juez, el superyó, analiza, juzga y sanciona. Si no se cumple con las obligaciones personales, si uno se sustrae a sus propios deberes, entonces el tribunal interior aplica penas que tienen como objetivo actuar sobre los errores: puede suceder que ante el tribunal el soñador se encuentre en una plaza pública, desesperado, sucio, mal vestido y que, además, esté siendo insultado por la muchedumbre. No es extraño que los sueños de procesos se presenten cuando una persona está siendo analizada. El tribunal es la terapia analítica, y el juez, el analista del que se espera y teme el veredicto.
La interpretación popular dice que este sueño debe hacer temer la llegada de problemas y dificultades. En especial, la vida personal pasará a ser conocida y se divulgarán los errores cometidos. Si el soñador tiene realmente un proceso en curso, correrá el riesgo de perderlo.
También los intérpretes de la Antigüedad egipcia creen que este símbolo es un presagio infausto que comunica el peligro de ser acusado de un crimen. También para Artemidoro es desfavorable: se trata de un anuncio de desacuerdos y gastos a fondo perdido. Además, los pensamientos más íntimos se convertirán en alimento de consumo para satisfacer la curiosidad de todos. Si en el juicio ante el tribunal, el soñador se reconoce a sí mismo, entonces verá la forma de salir airoso ante un proceso real, pero un enfermo que tiene un sueño de estas características tendrá una crisis de su mal. Otro intérprete de sueños, Apomasaris, dice que si una persona sueña que está ante un tribunal, sometido a un juez que pronuncia una sentencia sobre ella, será necesario prestar mucha atención, dado que es Dios mismo el que comunica su propio juicio, sea este de condena, sea de absolución.