La cadena, al igual que el lazo o el collar, es el símbolo de un conflicto que promete resolverse sólo si el soñador se logra liberar del yugo de las cadenas. Soñar con cadenas hace tomar conciencia de un estado de servidumbre o esclavitud frente a algo o alguien. Puede tratarse de un fuerte vínculo sentimental o de un deber moral, social o religioso que no permite actuar libremente a uno mismo.
Soñar que se está atado y encadenado también puede significar un estado de regresión al estadio prenatal, al útero materno, así como señalar problemas del aparato locomotor.
La cadena representa para Freud la vida conyugal y los hijos. En cambio, para Jung simboliza un estado de inhibición psíquica determinada por antiguos complejos.
En este tipo de sueños, la interpretación popular ve amenazada la libertad del soñador. Estar encadenado quiere decir no poder moverse. Sólo si aquel logra romper las cadenas, conseguirá la certeza de que se podrá mover con libertad, según sus propios deseos.
Cadenas rotas también significan una ruptura, un divorcio. Tener en la mano las cadenas significa futuras pérdidas financieras e improvisados golpes de mala suerte. Arrastrar cadenas sólo comporta problemas. Una cadena de hierro promete una vejez solitaria; de oro, anuncia un matrimonio.
Los antiguos intérpretes ven en este símbolo un mal presagio: impedimentos, obstáculos, enfermedades o prisión; pero también hay interpretaciones favorables: para un hombre casado puede significar que no dejará nunca a la familia, para un soltero, que hay una boda muy cerca, y para un siervo, que obtendrá la confianza de su dueño.