El hombre Escorpio y el Amor

Se trata de un hombre de fuerte magnetismo personal, de encanto indiscutible que emana incluso de la mirada viva, penetrante, a menudo tenebrosa, siempre capaz de llevar a la inquietud a sus interlocutores.
Sobre el tema de conquistas amorosas cada Escorpio es un experto. Está sometido a las pasiones fulminantes; le suceden esos encuentros que desencadenarán luego en historias de amor inolvidables. Y esto porque capta enseguida la esencia de la persona que lo atrae y no pierde el tiempo necesario para otros muchos hombres para aclarar sus propios sentimientos. Lleva a cabo rápidamente un cortejo inten-
so, un círculo que se cierra alrededor de la presa designada. Para que todo se desarrolle de forma satisfactoria ella tiene que aceptar el juego, tiene que saber controlar la situación con miradas y discursos que se alejen de fórmulas convencionales, que den paso a una experiencia real y completa.
Desde siempre la tradición nos ha hablado de la analogía entre Escorpio y Eros. Pasión y erotismo hacen de este tipo el amante más versátil del zodiaco. Naturalmente, aunque no se sea nativo de Escorpio, el hecho de tener el ascendente o la Luna o Venus en Escorpio ofrece las mismas características amatorias.
Celoso, posesivo, muy a menudo en equilibrio entre pulsiones alternativas de sadismo y masoquismo, es un maestro en hurgar en el alma de la pareja para obtener todo lo que es necesario poner en juego en el encuentro sexual. ¿Un encuentro? A menudo es un desencuentro en el que a la víctima no se le ahorra nada en términos de emociones. Una de las cosas que más le fascinan en una mujer es la capacidad de alternarse en los papeles: no tiene que darse nunca por sentado que sea él el que dirija el juego amoroso; si invierte la situación, para él es un descubrimiento excitante, un estímulo irrenunciable.
No sabe ser muy dulce, le cuesta exteriorizar sus sentimientos y sólo lo consigue en raros pero intensos momentos.
Poner a prueba a la persona que ama es un requisito obligado para él, durante el cual puede sufrir terriblemente porque se da cuenta que se arriesga a perder el objeto de amor. Puede ser agresivo y cínico y mostrarse frío después del éxtasis amoroso… Todo forma parte de la lucha que mantiene consigo mismo para estar seguro de ser amado, aceptado incluso en sus peores momentos.
Superado el problemático rodaje de pareja se da cuenta de que puede frenar, de que puede dejar de lado las torturas y la ironía para dar paso a la confianza tranquilizadora.
Para superar todos los obstáculos, su compañera ideal no debe sólo amarlo perdidamente (a muchas las abandona igualmente), sobre todo tiene que ser inteligente y estar dotada de una intuición considerable. Creo que no sabría aceptar nunca a su lado a una mujer que no esté a su altura.
En amor el hombre Escorpio se vuelca completamente, con sus lados positivos y negativos, sin reservas. En su mujer busca a una amante, a una amiga, a una compañera de aventuras, a una cómplice con la que recrear una atmósfera de misterio, una existencia en pareja por la que corre siempre un hilo de entendimiento muy fino. Esto incluso después de años de vida en común; sólo con el tiempo puede haber espacio para unión similar, resultado de una pasión sembrada mucho antes.
Por lo que se refiere a la lealtad en el amor, no es fácil definir su comportamiento y, sobre todo, aprobar su sentido moral tan elástico y subjetivo. No acostumbra a traicionar, pero si sucediera haría de todo para no dejarse descubrir y proteger de esta forma la unión que realmente quiere. El resto… podría definirlas experiencias, nada que ver con el verdadero amor.

Signo Escorpio