El niño Escorpio

Criar a niños nativos de Escorpio es una experiencia muy laboriosa, que compromete al máximo, y que podría hacer descubrir a los educadores dotes de insospechada paciencia y dedicación.
Es importante que los padres desarrollen su papel con naturalidad, pero sin ignorar las informaciones de psicología y psicoanálisis infantil que pueden ayudarles en la tarea educativa. Por lo tanto, el amor es un alimento importante; pero no lo es todo, especialmente para los pequeños Escorpio que tienen una naturaleza compleja, huraños y voluntariosos como muy pocos.
Tienen un sentido de la realidad muy desarrollado y, en consecuencia, son jueces despiadados que no desdeñan las críticas y las consiguientes rebeliones. La incoherencia primero los desconcierta, luego los desmotiva para creer en los padres. Intuir las debilidades ajenas es una de sus capacidades y aprovecharse sin pudor de ella es una consecuencia lícita. Tienen la necesidad esencial de crecer amando a sus padres que tienen que saberse imponer con lógica y firmeza e intentando siempre estimular las disposiciones educativas.
Su mirada es un revelador innegable de vitalidades intelectivas; sus ojos, que nunca están quietos, intentan ir más allá de la apariencia, revelando inquietudes a veces impensables para su edad. Saben hacerse respetar, imponiéndose con espontaneidad sobre sus coetáneos y, si es necesario luchar, no se echan para atrás. Normalmente no tienen un gran número de amigos, prefieren tener al amigo o a la amiga del alma, desarrollando respecto a ellos grandes celos. Tienen que educarse hacia la socialización: el sistema más sencillo y válido es el de abrir su casa a sus amigos y los suyos para dar oportunidades a los encuentros. No debe privarle de la convivencia con perros, gatos, pajarillos o hámsters, puesto que la relación afectiva entre animales y niños es muy estimulante y está repleta de enseñanzas básicas para la evolución.

Signo Escorpio