
Carl Sagan era del signo Escorpio con ascendente en Tauro.
Puesto que el Sol cae en la séptima Casa zodiacal de estos sujetos, muy a menudo es en la esfera de las asociaciones, matrimonios y relaciones importantes con el prójimo donde se realizan las mayores inversiones de libido.
Es muy importante para su equilibrio personal que consigan entablar relaciones afectivas y/o asociativas satisfactorias y gratificantes.
El aspecto conflictivo de estas personalidades es la manía de poseer, de absorber a la pareja; en este sentido, tendrían que intentar mejorar para no arriesgarse a deteriorar las relaciones.
A menudo tienen predisposiciones artísticas, les gusta disfrutar de la buena mesa y de los placeres de la vida.
Naturalmente, la satisfacción erótico-sexual es de máxima importancia y a menudo se convierte en el eje de su vida afectiva.
Están dispuestos a múltiples experiencias para poder encontrar a una pareja capaz de corresponder a su cálida pasionalidad.