No son las peleas furibundas, inevitables entre estos dos tipos, las que nos hacen pensar en una unión imposible: es el hecho de reconocer sin duda en ellas tendencias y objetivos completamente distintos.
¿Se los imagina en la vida cotidiana? Nuestros Escorpio quieren tiempo para reflexionar, rechazan el jaleo, les gusta discutir para crear un intercambio, un entendimiento intelectual.
El Aries antes de pensar actúa; no sabe estarse quieto, gozar de la calma; prefiere ir a correr, quedar con amigos. Afronta las discusiones de cara, de todo hace una cuestión personal. Y carece totalmente de autocrítica…
El Agua Escorpio tiende a apagar ardores e impulsividad, a frustrar inevitablemente a una pareja así.
Los encuentros sexuales son pasionales, un viaje sobre ondas emocionales completamente distintas; el erotismo no estimula al Aries, lo desconcierta y le hace perder la carga a medida que avanza…