En el amor, semejante carácter da la impresión de que algo de sí huye del compromiso que implica la entrega. Parecen esconder siempre un lado de su personalidad, o de mantenerla inaccesible, incluso en el plano de la más estricta intimidad.
No es fácil que los nativos de Géminis se enamoren profundamente. Pueden hacerlo de un momento a otro, con absoluta sinceridad, ilusión, e intensidad arrolladora, pero, asimismo, pueden agotar sus ilusiones con la misma rapidez que el fuego devoraría un paquete de cartas de amor.
De hecho, es más que frecuente el episodio de geminianos que en un baile conocen a quien de inmediato catalogan como su pareja ideal, le hacen sentir su entrega, le inducen —casi hipnóticamente— a que les corresponda.
Y al día siguiente, abren los ojos y la primera consideración que se hacen es «¿en qué estaría yo pensando cuando me fijé en semejante pelma?».
No es fácil que los nativos de Géminis se enamoren profundamente. Pueden hacerlo de un momento a otro, con absoluta sinceridad, ilusión, e intensidad arrolladora, pero, asimismo, pueden agotar sus ilusiones con la misma rapidez que el fuego devoraría un paquete de cartas de amor.
De hecho, es más que frecuente el episodio de geminianos que en un baile conocen a quien de inmediato catalogan como su pareja ideal, le hacen sentir su entrega, le inducen —casi hipnóticamente— a que les corresponda.
Y al día siguiente, abren los ojos y la primera consideración que se hacen es «¿en qué estaría yo pensando cuando me fijé en semejante pelma?».