El Sol en Géminis

El Sol es justamente llamado el astro rey. Gira sobre sí mismo cada veintisiete días, proyectando regularmente hacia la Tierra las manchas que en su superficie producen las tormentas magnéticas que constantemente sufre. Desde los tiempos más remotos se le ha asociado con la masculinidad creadora (Marte sería la destructiva), con el padre, con el esposo proveedor del hogar, así como con el jefe del gobierno.
Pero el Sol es, además de símbolo de los valores del fuego, del cobijo y de la bien reconocida fuente de vida, una estrella de radiación electromagnética de intensidad variable, cuyos cambios provocan —en lo visible para todos— mucho más que la inestabilidad de la aguja imantada de la brújula o las perturbaciones en la atmósfera terrestre que dan lugar a fenómenos como el de las auroras boreales.
La presentación hacia la Tierra de esas famosas manchas solares es causa reconocida del agravamiento de diversas condiciones patológicas, así como de la propiciación de múltiples accidentes que, en apariencia, son debidos a simples alteraciones o fallos del sistema nervioso.
Se trata de una fenomenología que ha merecido estudios especiales de las principales universidades del mundo, destacando la de Moscú, donde por espacio de más de cuarenta años el profesor Tchiyievsky llevó a cabo un esforzado y fructífero trabajo sobre la actividad que cada once años presenta el Sol en relación con la incidencia de ciertas patologías o su agravamiento, la mortalidad, o la aparición, el fortalecimiento o la desaparición de epidemias. Sus observaciones le permitieron detectar también la coincidencia entre las alteraciones periódicas solares y los quebrantamientos en los órdenes social o económico.
El Sol tiene defectos y virtudes lunares
Posteriormente ha sido establecida la existencia de una relación de causa-efecto entre la actividad solar y afecciones tan diversas como las embolias pulmonares, particularmente en personas nacidas bajo el signo de Geminis, o bien de problemas circulatorios en nativos del signo de Cáncer y Capricornio. Es elevado el índice registrado sobre la incidencia de los trastornos solares y los ataques cardíacos en individuos pertenecientes al signo de Leo.
Se creía que sólo la Luna tenía el poder de agravar los padecimientos mentales, hasta que en 1963 Friedman, Bachman y Becker advirtieron la relación indiscutible entre el aumento de ingresos en las clínicas psiquiátricas y el aumento de la actividad solar, lo cual también se refleja en el aumento de toda clase de conflictos de tránsito automovilístico en ciudad y carretera.
Un rayo que cae sobre la sangre Según recientes experimentos de un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard, la matinal puesta en marcha del organismo implica un proceso capaz de inducir un ataque cardíaco.
En efecto, pruebas sanguíneas efectuadas cada tres horas a quince voluntarios revelaron que es por la mañana cuando las plaquetas, en sincronía con la energía solar, tienen mayor tendencia a aglomerarse, particularmente entre las 6 y las 9 horas, propiciando repentinos fallos cardíacos o ataques particularmente en personas situadas en niveles de alto riesgo, como los fumadores. Y al examinar como contrapunto a un seguido grupo de voluntarios, al que se permitió quedarse en cama, no se observó ninguna alteración en la conducta de las plaquetas.
Finalmente se estableció que la tendencia matinal de estos elementos celulares de la sangre a la aglomeración es básicamente una reacción colateral del proceso de despertar y ponerse en actividad, que las condiciones solares desatan mediante la inducción del flujo de adrenalina y noradrenalina y que, con la elevación de la presión sanguínea, hacen característica la lucha diaria por abandonar el lecho cuando el sol cobra fuerza y el organismo aún no hace recuperado el tono.
La influencia del Sol sobre las condiciones sanguíneas fue confirmada por el doctor N. Schulz, hematólogo de los hospitales de Stchi en la Unión Soviética, tras la observación de más de 120.000 casos estableció que el cuadro hematológico de una persona depende de condiciones tales como la edad, la alimentación, el tipo de trabajo y otras, pero, de manera muy especial, de las radiaciones solares.
¿Conclusiones? Varias, como la de que los médicos deberán reconsiderar en muchos casos el horario de la medicación que prescriben a sus pacientes. Pero todas en resumen en la necesidad de estudiar la influencia del Sol y de la Luna —y del signo solar— para comprender mejor tel curso de las afecciones de sus pacientes.
El Sol regula la comunicación de los planetas con el hombre El profesor G. Piccardi, citado por el astrobiólogo M. Gauquelin y el alquimista J. Sadoul, confirmó ampliamente la convicción de los más antiguos astrólogos al afirmar: «Los progresos de la astrofísica, la geofísica, la metereología y, más recientemente, de la radioastronomía han revelado que en el espacio que nos envuelve existe una multitud de condiciones en las que por costumbre y tradición nunca pensamos».
Recordamos también el testimonio del astrónomo Michel Treillis del observatorio de Niza, recogido también por Gauquelin, quien afirma: «Puede considerarse que las influencias planetarias introducen una modulación a una actividad específicamente solar», lo cual implica que la influencia es netamente solar, aunque su pauta estaría sujeta a variaciones causadas por el magnetismo específico de los diversos planetas y de la Luna.
Influencias planetarias tormentosas Las órbitas planetarias ejercen efectos perturbadores sobre las ondas radiofónicas dentro de la atmósfera terrestre, pero básicamente es después de una elevación de la actividad solar cuando las interferencias se agudizan, durando el fenómeno varias horas con características muy semejantes a las que se producen durante las tormentas. De hecho se trata de tormentas, pero magnéticas. En las universidades se considera también la posibilidad de que los terremotos tengan su detonador en la actividad solar.
J. H. Nelson, analista de difusión de la multinacional RCA Corporation quien en 1951 se hallaba a cargo del estudio analítico de la calidad receptora de las emisiones de radio de la empresa, efectuó una larga serie de observaciones que registró cuidadosamente hasta concluir en que había configuraciones planetarias buenas y malas, o propicias y adversas, para la recepción de las ondas de radio. Y se da el caso de que tales condiciones guardan una asombrosa semejanza con los aspectos astrológicos.
Así, de acuerdo con Nelson y según consigna Gauquelin, es adverso para la recepción radiofónica el que los planetas se sitúen en ángulo recto (o sea a una distancia de 90°) con respecto al Sol, o en conjunción (0°), en oposición (180°). Resulta asombrosa la coincidencia con los aspectos astrológicos o las distancias angulares entre los planetas.
Lo planetario está en su propia casa Dentro de los aspectos menos trascendentes, convendrá anotar también que la gente suele asociar la palabra planeta a grandes distancias, al igual que la palabra espado y todos los términos referentes a lo extraterrestre. Pero el hecho es que no nos hallamos tan apartados de esas realidades.
Es indiscutible, aunque poco conocido y comentado, que las amas de casa deben barrer con mucha frecuencia polvo que ha llegado a sus hogares desde Venus o Marte, o de puntos aún más lejanos del espacio.
Pero, sin apartarnos del fenómeno de las ondas de radio, también debe decirse que, con demasiada frecuencia, esos ruidos que se oyen en la radio y dificultan o «ensucian» la calidad de recepción, no están ocasionados por el ascensor ni por algún electrodoméstico de la vecina, ni por sobrecarga de electricidad en la atmósfera. En realidad, son una muestra de las ondas electromagnéticas que en su estado atormentado emiten cualquiera de los planetas, desde Mercurio a Plutón.
El Sol es representación de poder y supremacía
En la astrología mundial o internacional el Sol representa al jefe del gobierno, mientras que en el ámbito individual señala la cabeza de la familia y, asimismo, a la condición masculina y positiva. Debemos aclarar que esta verdad está cargada de implicaciones mágicas pero que, por lo que a la vida cotidiana respecta, carece de las connotaciones machistas que suelen asociársele.
Cuando se halla en aspecto armónico con Geminis: desarrollo del sentimiento de superioridad.
Cuando se halla en aspecto inarmónico con Geminis: dispersión o embotamiento de la vitalidad. Propensión a no realizar lo que uno se propone.

Signo Géminis