Puede cambiar de ropa, de trabajo, de amor o de residencia con la misma rapidez con la que cambia de opinión. Y es capaz de hacer dos cosas a la vez, con menor esfuerzo del que la mayoría necesitaría para una sola. A veces, da la impresión de ser un pájaro curioso que da un vistazo inquieto a la escena y se va volando al instante.
Es que la naturaleza mercurial exige excitación y cambio constantes, para no desalentarse ni ponerse de mal humor. Por definición, sus colapsos emocionales no son provocados por el exceso de actividad, sino más bien por el aburrimiento y el encierro. Sabe que su opinión de hoy puede diferir de la de mañana y es por eso que prefiere no comprometerse.
El juguetón del Zodíaco
La esencia de Géminis consiste en probar, experimentar, combinar y volver a combinar. Es como el bebé que construye pirámides de cubos sin un objetivo determinado, tira su obra y vuelve a hacer otra cosa. Nuestra cultura, identificada con la responsabilidad, el trabajo y la necesidad de fijar metas es una carga pesada para un signo basado en el juego como única actividad. Obviamente, los Géminis son tildados de irresponsables y de divertidos «pero» superficiales. Y estas calificaciones son para ellos muy difíciles de soportar.
Para este hijo de Mercurio la esencia de las cosas no reside en su punto final, sino en la manera en que cam-
bian, en la relación y en el vínculo entre lo que existe. En su mundo todo se vuelve provisorio y poco comprometido porque, de lo contrario, se completaría la información y el entretenimiento terminaría. Así, entonces, su juego consiste en estar un poco en todas partes y en ningún lado a la vez, pensando y atendiendo varias cosas al mismo tiempo.
La mente mercurial
Géminis tiene tal poder asociativo que puede hacer varias conexiones simultáneas, pues su mecanismo mental es casi como el de una computadora. Ama las explicaciones pero no necesita coherencia existencial. En su sistema de pensamiento lo más cuestionable es la posibilidad de que exista una sola respuesta. Sus principios están basados en la duda, porque para él es imposible llegar a algo estable y fijo. Y como se maneja con tantos puntos de vista, su mayor dificultad reside en poder llegar a una síntesis.
Si se mueve, es Géminis
La versatilidad y la facilidad de palabra hace de los Gemelos estupendos políticos, por no decir expertos en el campo de las relaciones humanas. Sus mayores talentos consisten en moverse de un punto a otro y establecer relaciones, vale decir, estar en el medio. Tienen poder de negociación y un don especial para la diplomacia. Sus extraordinarias dotes verbales les permiten captar y convencer a su auditorio: pueden organizar debates, mesas redondas, coordinar grupos… pero la actividad por excelencia de Géminis es el periodismo. Aquí existe la oportunidad de estar en la fuente de la información y del intercambio.
Tiene en su poder las palabras para ordenar datos obtenidos muy rápidamente, de tal manera que resulten atractivos para quien los necesite.
Si se tratara de trabajar en un periódico, otros se pondrían nerviosos con tanto movimiento porque las cosas cambian demasiado rápidamente… pero el hijo de Mercurio necesita que le cambien el juego todo el tiempo y a la mayor velocidad posible. Si un nativo de este signo es escritor se va a dedicar más a los ensayos que a las novelas, porque le gustan las explicaciones, pero es inexperto en emociones. Además, su notable capacidad de expresión y sus dotes de imitación los convierten en actores especiales.
Aunque Mercurio es básicamente un mensajero, a veces transmite información y otras intercambia cosas más materiales. Así, nos encontramos con otro arquetipo del signo: el comerciante, especialmente aquel que se desplaza frecuentemente. Por último, casi todos los geminianos hablan, entienden o leen más de un idioma y, de alguna manera u otra, triunfan con las palabras. Son los estudiantes del zodíaco, los curiosos hijos del intelecto, que leen tres libros al mismo tiempo y siguen tres o cuatro cursos a la vez. Los acusan de inestables por este rasgo, pero saben muchas cosas distintas gracias al mismo.