Es la máxima potencia verbal

Su fascinación está hecha de palabras, de ideas e improvisaciones. Exactamente de esto se componen también sus defectos. A nadie deberá extrañar que el geminiano —particularmente el hombre— mantenga a la vez más de una relación sentimental.

El flirteo es su verdadera pasión. Y al mismo tiempo mantiene una increíble cantidad de «amistades amorosas» con las que ejercita su capacidad de seducción, de fantasía.

Pero lo más asombroso es que Géminis resulta ser uno de los signos con menos necesidades sexuales. En este aspecto lo suyo son necesidades mentales.

El juego del flirteo, del cortejo, es esencial y enormemente gratificante para el geminiano. Pero, por contra, la consumación sexual de la conquista ya le ofrece algo menos de ilusión, por lo que es preciso que la relación le ofrezca, además, otros alicientes, particularmente los de la ternura y la alegría.

Mantiene sus relaciones amorosas con una intensidad que con frecuencia llega a la vehemencia, a la posesividad. Concibe a su pareja en el mejor de los casos como algo suyo, ya que en el peor es él quien se considera propiedad de la persona amada y no puede concebir que quien acuñó la frase de «tú eres mi reina y señora» fue sin duda un geminiano; y con ello no pretendía solamente halagar, sino reflejar una verdad que puede llegar a adquirir un peso verdaderamente aplastante para quien no posea la energía que consume el amor de un geminiano.

Signo Géminis