Géminis en el vestir

La naturaleza aérea de Geminis, les hace prácticamente ajenos a la idea del bien vestir. Si acaso, su preocupación esencial parte más de los colores que del diseño. Necesita subrayar su existencia, su personalidad, como si temiera que de no hacerlo así sería tan transparente como el aire y pasaría desapercibido.
En otras palabras, la ropa es para los geminianos un instrumento para captar la atención, pero cuyo manejo no relacionan con ningún virtuosismo, sino con la inspiración del momento.
Es el signo de las combinaciones y los aditamentos
Cada prenda posee un valor por sí misma, los geminianos parecen esperar al vestirlas que éstas sumen sus respectivos valores estéticos para dar como resultado el nivel de elegancia deseado. Esto es, en síntesis, lo que en el fondo mueve al geminiano en el momento de vestirse. Por supuesto, hay intenciones específicas, preferencias y necesidades de algunas líneas en particular, pero básicamente la ropa es para los nativos de Geminis un instrumento para captar el interés de los demás; y cuidarán su arreglo justamente en la medida en que necesiten atraer la atención.
De hecho adquirirán trajes de muy buen gusto, tanto porque lo tienen como porque les gusta dejarse aconsejar (incluso influenciar) por vendedores y amigos. Sin embargo, pronto se encontrarán improvisando combinaciones con piezas de uno y otro traje o añadiendo toques carentes de intención estética, aunque de indudable practicismo, como podría ser, pongamos por caso, una bolsa de plástico para contener bolígrafos y poder extraerlos todos simultáneamente del bolsillo de la camisa para elegir cómodamente el que necesitan.
No quepa duda de que fue un geminiano el autor de la idea de levantarse las gafas y sostenérselas en el cabello a manera de diadema, o bien de llevarlas colgando sobre el pecho como el broche de un collar. Semejante concepto de la presentación personal sólo puede compararse con la de Sagitario e incluso con la de Acuario, aunque éste sea capaz de asumir y sostener con mayor entusiasmo cuanto a los demás les parezca excéntrico. Pero al geminiano le distingue la capacidad para lograr que un simple gesto de esta especie se popularice hasta niveles insospechados, en gracia al desenfado y a la utilidad práctica que conjuga. Convendrá recordar que de Geminis procede el hábito, tan difundido de sostener entre los dientes una paja o un palillo.
No buscan la singularidad, sino la multiplicidad
Los geminianos no sólo gustan, sino que tienen necesidad de la diversidad, de la apariencia de multiplicidad en tonos y efectos de costura o diseño; ello les lleva a preferir lo que muestra numerosos detalles, sin que esto signifique necesariamente que recurran invariablemente a los estampados multicolores, por más que precisamente un país geminiano, los Estados Unidos, haya paseado por el mundo entero lo más escandaloso en camisas, corbatas, sombreros femeninos y otras muchas prendas.
El geminiano siente preferencia por los amarillos. Le desagradan los tonos negros, pero no los rechazará; los utilizará para lograr combinaciones deslumbrantes con rojos o amarillos, remarcando también así su duplicidad astral. Encontrará que le favorecen los azules o púrpuras, sobre todo para la parte superior del cuerpo, aunque la combinación de ambos puede resultar lastrante para estas personalidades dadas al viento. Por el contrario, los tonos ligeros del azul favorecen mucho su personalidad en camisas, faldas o pantalones, particularmente cuando en la parte superior predomina el blanco impoluto de chaqueta, por ejemplo, sugiriendo precisamente los tonos de un día brillante y limpio en el que el viento juega con las nubes.
Le agradan los accesorios brillantes y los emplea con ingenio, logrando efectos sumamente interesantes y, a la vez, con alguna utilidad añadida, aunque tenga sólo carácter fantasioso, como sería la de lucir camafeos utilizables también como sellos o como depósitos de medicinas, fotografías, o una llave, etc. Lo mismo podría desear en un anillo. También convertirá en una espléndida pulsera un largo collar con sólo enrollárselo a la muñeca hasta dejarlo a su medida.
No obstante, no llega a la profusión. Emplea los accesorios como un toque, no como el eje de su arreglo.
En el extremo opuesto, tampoco llegaría a lo formal de manera habitual, a menos que alguien se encargue de señalarle diariamente lo que le conviene. De otra manera su sello característico estará en la improvisación de combinaciones. Lo que sí es una necesidad en el vestido geminiano es la provisión de bolsas o bolsillos: siempre debe haberlos en cantidad suficiente para permitirle llevar consigo todo lo que considere que puede llegar a necesitar, aunque después olvide qué lleva encima.

Signo Géminis