La influencia de Mercurio sobre Géminis

Divinidad juvenil y peculiar en más de un aspecto. Su nombre está formado con las palabras merces, edis, que significan ganancia, lucro, o menor, comerciar. Y tal es la influencia esencial que parte de este singular planeta, propiciador de las ganancias en todas sus posibilidades manifestaciones, incluyendo las del hurto.
Es significativo el hecho de que sea el planeta más rápido del sistema solar, pues tarda en dar una vuelta alrededor del Sol 88 días, casi 89, por lo que el dios, cargado de implicaciones relacionadas con la rapidez y la agilidad en todos los órdenes, está dotado de alas en los pies y representa a la juventud en los márgenes de la adolescencia, entre los 14 y los 21 años. Mantiene una distancia del Sol de 58 millones de kilómetros. Paralelamente, debe considerarse que es también el más pequeño; más pequeño aún que la Luna y que también, lo mismo que Venus, presenta fases, y actúa unas veces como lucero de la mañana y otras —la mutabilidad es una constante del dios, planeta y signo— de la tarde.
Señor de la hipnosis y de los cuatreros
Es asimismo Hermes (gran señor del hipnotismo, poseedor de una varilla con la que induce el trance en los humanos y les hace soñar, sentir, vivir imaginariamente), el que sumió en profundo sueño al gigante Argos y tras matarlo le robó a la vaquilla lo (Geminis es por esto el signo de los cuatreros, en tanto que su signo opuesto, Sagitario, lo es de los vaqueros conductores de ganado). La mitología arcadiana registra que al nacer en el monte Cileno, hijo de Zeus y de Maya, lo primero que hizo fue saltar de su cuna e irse a Piereya a robarle algunas cabezas de ganado a Apolo.
También hay que decir que la mitología lo señala como inductor al hábito de la ebriedad, como otra forma de soñar. En esta función se le señala como copero de los dioses o escanciador del Olimpo. Y es innegable que los países que gobierna a través de alguno de los signos que determina, como los Estados Unidos, tienen serios problemas con el alcoholismo.
Los dominios de Mercurio abarcan dos signos, el de Geminis y él de Virgo; en este último se encuentra en exaltación. La naturaleza de este planeta es esencialmente adaptable, hasta el punto de que se le ha tildado de hermafrodita, pues se ajusta y corresponde indistintamente con las características del planeta con el que se sitúa en conjunción. Simboliza la inteligencia ágil, los chispazos de inspiración, las captaciones súbitas de información, las deducciones relampagueantes.
Dios de la debilidad invencible Se le reverenciaba como descubridor de la música (impone la pasión melódica a sus pueblos), del fuego (fue en una era de Geminis cuando los primitivos aprendieron a producirlo y emplearlo) y de la escritura (Géminis es el signo de la comunicación).
Propicia el comercio, auspicia la Bolsa, alienta las creaciones intelectuales. Asimismo, en clara demostración de que la moral humana no es la que reflejan ni infunden las divinidades (recuérdese que Mercurio es guía titular de los dioses en sus viajes de reconocimiento, sobre todo al infierno) y en prueba también de que Mercurio no representa la fuerza arrolladora, sino la debilidad invencible, prohija el ingenio defraudador, apadrina el robo y escuda el abuso de confianza. Su condición es de volubilidad, imprevisibilidad, superficialidad, traslado, viaje, de inicio reiterado y repetitivo.
Mercurio positivamente aspectado
Por ser también rector del intelecto, muestra alas en la cabeza. Asimismo es el gran propiciador de los negocios y del comercio, lo que explica que las naciones y las ciudades por él protegidos se vean favorecidas por el progreso de su comercio y de su economía en general.
Es inductor del espíritu práctico y de los recursos y las ideas brillantes. Preside los accesos de suerte individual en lo económico y en lo intelectual. Induce a la aventura en lo físico, lo mental, lo financiero, e incluso en lo espiritual.
Divinidad de la juventud y del cuerpo atractivo
Una de sus características más inspiradoras es la de propiciar la juventud, por lo que sus protegidos, particularmente los de la casa III del zodíaco, mantienen los signos distintivos de la juventud mucho más que los del resto de los signos.
No obstante, se le reprocha que no haga lo propio con la sexualidad y que la juventud que ofrece sea únicamente aparente. Y es que, en efecto, Mercurio no es dios de sensualidad ni de pasiones, aunque ciertamente se valga del sexo para aportar colorido a la existencia. Pero considera que es sólo un color más entre todos, por lo que induce a los amantes a buscar por encima del amor el incentivo de la novedad.
Según el espíritu mercuriano, «vale más un rostro poco agraciado, pero recién conocido, que otro hermoso, pero al que se está habituado. Y también es más excitante un cuerpo desconocido y sin atractivos, que otro muy bello pero repetidamente acariciado. En síntesis, produce infinitamente más emoción la posibilidad de una nueva conquista que el cotidiano refrendo de los sinceros juramentos de amor.
Mercurio induce a cultivar el cuerpo
Mercurio induce también al amor del propio cuerpo. Así, pese a que Geminis es un signo poco dado a los despliegues de fuerza de voluntad, es más que notorio el hecho de que las personas que más luchan por abandonar el vicio del tabaquismo pertenezcan a este signo. Asimismo, la esencia geminiana alcanza a quienes se esfuerzan por adornar su cuerpo a base de músculos estéticamente prominentes, habiendo sido Mercurio el dios protector de los gimnasios.
Mercurio negativo
Además de incubador de las mentalidades volubles, de los temperamentos inestables y tormentosos, es asimismo protector de ladrones y de timadores, patrón de los grandes mentirosos y motor de los curiosos irredentos. Es un dios juvenil y cruel, al que se le reconoce desde la Antigüedad como gozador del dolor ajeno. Ya entonces se designaba con el título de mercurio al soldado encargado de asegurarse de que los gladiadores heridos no estaban fingiéndose muertos, para investigarlo, los tocaba con un caduceo de hierro al rojo vivo.
También es rector de los escritores imaginativos y de los críticos corrosivos, así como de los hombres y de las mujeres que necesitan ser infieles para mantener activa su sexualidad. Recordemos que el marqués de Sade fue un geminiano.
Igualmente lo es de los asexuados y de las indiferentes (no de las frígidas ni de los impotentes, ya que éstas se consideran condiciones patológicas) y de quienes pretenden aferrarse a la juventud por medio de realizaciones eróticas, por lo que, siendo su naturaleza la de la eterna juventud, causa grandes problemas a hombres y mujeres que se sienten impulsados a hacer cualquier cosa por sentir que las alas de su cuerpo y de su mente no han perdido aún las plumas.
Aportaciones de Mercurio a Geminis
Curiosidad constructiva. Facilidad para el aprendizaje de idiomas. Agilidad mental y gran capacidad de asimilación. Gusto por los viajes.
Despojos de Mercurio en Geminis Curiosidad morbosa. Incapacidad para dominar los nervios. Optimismo desmedido. Falta de paciencia y de objetividad para medir las consecuencias de los propios actos. Propensión a la charlatanería y a la manipulación. Dificultad casi insuperable para mantener un propósito hasta su realización.

Signo Géminis