Incluso el más tímido de los geminianos acabará manifestándose como buen orador. Contrario a las tradiciones y a todas las imposiciones sociales poco claras o poco prácticas, para Geminis las personas idealistas que se toman demasiado en serio la vida y la disfrazan de excesivos detalles y complicaciones resultarán siempre incomprensibles.
Conducen con cierta desenvoltura el coche aunque, a menudo, debido a su propensión a soñar despiertos, a abstraerse con sus pensamientos, estén expuestos a pequeños accidentes.
Gustan del deporte, especialmente de aquellos en los que desempeñan un papel importante los brazos, como son el boxeo y el tenis, o las piernas, como el fútbol y el ciclismo. Discuten de buena gana, a veces sólo por el placer de escamotear la razón a los demás en cuestiones afines a las actividades deportivas, y aunque sean incompetentes pretenden que cuanto dicen sea siempre acatado como dogma.
En las relaciones sentimentales no se atan por mucho tiempo, aunque acepten el compromiso con muchísima más facilidad que los demás signos zodiacales. Ciertamente, en matrimonio prefieren unirse a una persona tranquila, para que alrededor suyo se respire una atmósfera serena, sin tensiones.