Retrato robot del sanguíneo

Calculador, astuto, egoísta, a veces cruel, puede y suele también mostrarse como persona de humor afa­ble, risueño, no siendo raro el indivi­duo de carnes abundantes. Vive intensamente en el presente. Relega sus recuerdos y no se carga de princi­pios ni de prejuicios. La vigorosa actividad que es capaz de desplegar le permite dominar la situación. Para él los conflictos y las dificultades son juegos.

Es poco susceptible y no guarda verdadero rencor por nada, pero ello se debe no tanto a una naturaleza generosa como a su mutabilidad e incapacidad de permanecer demasia­do tiempo ni aun en sus más ardien­tes pasiones… que tampoco suelen ser muchas. De hecho, se le desvane­cen como aire.

Considera ingenuos o hipócritas a los que se enorgullecen de apegarse a leyes, costumbres y principios. Le gustan los deportes y las emociones fuertes. Aunque ama la vida, es su­perficial en sus sentimientos. Si aca­so le afligen los desengaños amoro­sos, es porque este sufrimiento compone parte del cuadro de ilusio­nes y de sueños que disfruta íntima­mente. Así, idealizará hasta lo excel­so al ser amado inalcanzable, pero si por algún azar llegara a tocarlo, pronto se hallaría preguntándose cómo pudo llegar a amar tanto a alguien tan poco merecedor de su atención.

Es observador positivo y objetivo, hábil para los trabajos manuales, muy aficionado a las transacciones comerciales y a las empresas utilitarias, pero posee también marcados dones artísticos e intelectuales.

Nunca está del todo contento de sí mismo, y suele poseer una gran capa­cidad de improvisación, así como de convicción. Concibe y comprende rápidamente. Es de notar que hay muchos sanguíneos entre los repre­sentantes comerciales.

Es un egoísta despabilado. La compasión no ahoga al sanguíneo, al menos no por mucho tiempo, pero puede ocasionalmente desplegar mucha ternura. Muestra alternadamente dureza y benevolencia con sus subor­dinados. Rehuye las actitudes filan­trópicas y, de pronto, ofrece cuanto tiene por ayudar a alguien.

Incrédulo, desconfiado, burlón y bromista, suele ser también valeroso y codicia los honores. Es un ser mó­vil que tiene necesidad de aire, de espacio, de variedad. No acostumbra a ser muy puntual.

Signo Géminis