Difícilmente resisten la fascinación de lo desconocido, y se lanzan a la aventura para ver qué es lo que sucederá y cómo será, sin pensar mínimamente en las complicaciones que podrían surgir y que afrontarán con espíritu de improvisación.
Y no hay duda de que si alguien se les anticipara, no le harían caso. En el mejor de los casos emplearían su ingenio para tejer razones imbatibles que sostengan su propósito contra toda marea.
Viven en un mundo de continuas e innumerables emociones y de ideas también contradictorias, que, no obstante, intentan traducir en vivas imágenes verbales a través de su forma de hablar profusa y, a veces, rítmica e incluso ligeramente musical.
La inquietud de los Géminis es de tipo nervioso-curioso, y la voluntad de cambiar, de evadirse, de lograr nuevas experiencias amorosas, permanece casi siempre encendida a lo largo de toda su vida.
También es un hecho el que no se preguntan si vale la pena consumir tanta energía persiguiendo las infaltables ilusiones romántico-eróticas del momento.
Deberían ir más despacio para descubrir si sus flirteos merecen realmente un dispendio tal de emociones y reflexionar antes de tomar una decisión.