El mejor día para llevar a cabo un ritual con la vela roja es el martes. La vela de este tono se halla asociada directamente con la energía sexual, la sensualidad, la fuerza física y la vitalidad; por ello, se la emplea especialmente para recuperar el vigor sexual, favoreciendo la cura de problemas relacionados con la esterilidad y la impotencia, y para mejorar el rendimiento físico en general.
Para utilizar correctamente la vela de color rojo, conviene hacer su consagración un martes en el que la Luna se halle en cuarto creciente, usando para ello aceite de acacia, canela, sándalo, ámbar, cedro, jazmín o verbena. Una vez hecha la consagración, preparar un altar con cristales e incienso, colocando la vela en el centro de la mesa, preferentemente en un plato o recipiente nunca antes utilizado.
Al encender la vela, visualizar una hoguera inmensa que todo lo envuelve, mientras las salamandras se unen en una danza que forma una especie de círculo.
Imaginar que el fuego devora toda negatividad y quema los obstáculos del camino. Entretanto, decir en voz alta:
Oh, fuego, oh, salamandras, traed pasión, vitalidad y fuerza a… (nombrar a la persona con su nombre completo). Fuego, salamandras, convertíos en mis amigos y amigos de…
(nombrar a la persona que se desea ayudar) y servidnos en nuestros propósitos. Porque con la fuerza del fuego, nada será imposible para nosotros. Dentro de nuestro merecimiento kármico, conseguiremos todas las cosas que necesitemos.
Cuando la vela se haya consumido, enterrar sus restos al pie de un árbol, junto con los del incienso empleado para el ritual. El plato -que será nuevo- podrá usarse normalmente. El resto de los elementos usados se guardarán.
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