Cómo comunicarnos con el más allá a través de la Bola de cristal 2

Es contra la muerte total que el hombre se dispone a hacer relativa la muerte del sujeto. He aquí, pues, la preocupación universal «a dos caras»; sobrevivir a la pérdida del ser querido y hacer que sobreviva el que ya no está. El hombre, da igual la civilización a la que pertenece, no puede soportar la idea de que después de la muerte ya no haya nada. En efecto, los muertos pesan mucho sobre nuestra consciencia y sobre nuestro inconsciente, individual y colectivo. L. V. Thomas, en Muerte y poder, sostiene que: «En los dos últimos siglos casi dos billones de personas han dejado de vivir. Ya Comte decía que la humanidad tenía más muertos que vivos… Ahora bien, todos esos muertos se acumulan en nuestro inconsciente». Y éstos están a la vez dentro y fuera de nosotros. Por eso morir no es morir. La muerte no tiene sólo fin en sí misma, sino que remite a una posmuerte, a un «más allá».
Unas palabras más para poner en guardia a los que se dedican al espiritismo por simple «curiosidad» o, peor todavía, para obtener de los difuntos ventajas materiales. Estos desaprensivos creen equivocadamente que lo que están haciendo no es peligroso, en cambio es peligrosísimo cuando es practicado sin las debidas precauciones por unos profanos y por personas inexpertas. No está permitido violar el más allá por simple curiosidad o con afán de lucro. Tampoco se debe intentar esta dimensión por cualquier «juego de sociedad» o para «pasar una velada» con los amigos.
No hay que jugar con el fuego de la nigromancia: el resultado puede ser nocivo. Enmanuel Swedenborg, autor, por otra parte muy apreciado, de textos filosóficos, solía comunicarse con los fantasmas. Vivió siempre al borde de la locura, inmerso en un mar de alucinaciones, a pesar de que era uno de los videntes más grandes de su época. Inicialmente incrédulo y escéptico, se empezó a acercar al espiritismo tras la muerte de su novia, fallecida en trágicas circunstancias siendo aún jovencísima.
En mi explicación del método adoptado para ponerse en contacto con los difuntos, he tomado como guía el libro dictado por los espíritus al gran Allan Kardec, el primero que hizo de las teorías del espiritismo un sistema (véase: Allan Kardec, El Libro de los Espíritus).
Quiero precisar, además, a todos los que lean estas páginas (y que a continuación pongan en práctica lo que he escrito) que la medianidad es como la inteligencia. Todos la poseen, pero no del mismo modo. Así corno hay personas más dotadas en matemáticas que en lenguas, del mismo modo hay personas dotadas de una sensibilidad mediánica más aguda que otras, con una marcada tendencia a manifestarla (repito, sin embargo, que está presente en distinta medida en todos los hombres).
A continuación, les daré una lista de los principales tipos de médium. Busquen ustedesmismos el que mejor corresponda con sus potencialidades mediánicas, que irán desarrollándose a través de la concentración en la esfera de cristal. Intenten descubrir en ustedes mismos la fuerza espiritista que puede guiar su mente.
MÉDIUMS DE EFECTOS FÍSICOS. Son médiums que inducen movimientos de cuerpos inertes, generalmente sonidos, perfumes, etc. Se dividen en médiums voluntarios (los fenómenos son inducidos voluntariamente) y médiums involuntarios (los fenómenos se producen sin la intervención directa del médium, sino con su simple presencia y sin que él mismo sea consciente de ello).
MÉDIUMS SENSITIVOS. Se trata de médiums capaces de advertir (aunque no los vean) la presencia de los espíritus.
MÉDIUMS AUDITIVOS. Se trata de unos médiums que saben escuchar las voces de los espíritus. Puede ser una voz «de dentro», interior; o una voz imperceptible, como un susurro; finalmente, puede tratarse de un verdadero grito.
MÉDIUMS PARLANTES. La personalidad individual de este médium es completamente anulada por la del espíritu que se le superpone usando las cuerdas vo
cales del médium para comunicar ideas propias. El médium parlante cae en un estado de trance, de profundo entorpecimiento y, posteriormente, en muchos casos, ya no recuerda lo que ha dicho.
MÉDIUMS VIDENTES. Son médiums que pueden, en perfecta lucidez mental, ver los espíritus. Se llaman también médiums dotados de una segunda vista.
MÉDIUMS QUE CURAN. Son médiums que curan a través de los espíritus: no tienen nada que ver con los pranoterapeutas.
MÉDIUMS PNEUMATÓGRAFOS. Se trata de médiums que pintan o escriben bajo dictado o por influencia directa de los espíritus.
Una observación. Hay que tener siempre en cuenta que «todo semejante atrae a su semejante». Por tanto, si queremos convertirnos en buenos médiums, tendremos que «cargarnos» siempre de pensamientos buenos y positivos. Para obtener válidas y preciosas comunicaciones (para nosotros o para otros) con entidades elevadas, tenemos que adquirir cualidades morales muy especiales.
La práctica del espiritismo con la esfera de cristal constituye uno de los medios de comunicación más seguros con el más allá, sin que por eso vivamos atormentados. ¡Los muertos, además, nunca han hecho daño a nadie! Es con los vivos, con sus deseos vehementes, con sus orgullos y prejuicios, con sus insanas pasiones, con los que posiblemente tengamos que andar con cuidado.