La purificación

Antes de purificar la bola de cristal, tendremos que purificarnos a nosotros mismos durante siete días (ésta es también la duración de la purificación de la bola).
Hay que levantarse por la mañana a la salida del sol: purificarse durante un rato largo con lavatorios por todo el cuerpo y vestirse con mucha calma. Después, tenemos que dirigir nuestros pensamientos a Dios. Durante los siete días hay que abstenerse de tomar vino y otros alcoholes, como también té y café. Durante el ritual de la purificación, la única bebida permitida es el agua.
Luego tenemos que ir a una habitación donde nadie pueda molestarnos, lejos de los ruidos o donde éstos lleguen muy suavizados. Tenemos que sentarnos en una silla, inmóviles, con la espalda y los hombros muy pegados al respaldo, las palmas de las manos apoyadas sobre las rodillas. En la penumbra de la habitación, hay que encender una vela azul detrás de nosotros. Sobre la mesa, colocar una copa de agua lustral (rocío) y, en el centro, la esfera de cristal cubierta por el Lamen.
Cuando estamos seguros de haber alcanzado un estado de equilibrio interior, tenemos que empezar a quemar en el brasero unas hojas de olivo, y unos granos de incienso y de mirra. Luego tenemos que rezar en voz alta la invocación a Elohim, pidiendo que acudan los espíritus elementales que habitan el agua, las ondinas.

Eterno padre,
que nos das y contienes las aguas,
Tú que mandas a la humedad
como sangre de la tierra,
yo te invoco o te honro,
¡oh, Gran Padre!
Háblame
de tus inconstantes criaturas,
del gran tumulto de los mares,
del cambiante rocío de las praderas.
Condúceme, Tú que lo puedes todo,
a la verdadera vida,
con el poder del conocimiento,
con el don de la piedad,
con el sentimiento del amor
de quien se dirige a mí.
Ayúdame a soportar el sacrificio,
para que yo sea digno
de obedecerte sin quejarme.
Purifica este agua,
oh, Gran Padre,
con tu presencia!
¡Amén!

Después de haber rezado con fe la invocación, apagaremos la vela azul con un delicadísimo soplo y echaremos gotas de agua lustral en las cuatro esquinas de la habitación y en la esfera. Durante todo el periodo de la luna nueva, la bola de cristal se dejará en el balcón o en el pretil de la ventana después de las diez de la noche y se recogerá una hora antes de la salida del sol. Si quieren más información sobre el agua lustral y el ritual de purificación, consulten la voz correspondiente en la página de este sitio titulada: Lo que hay que hacer para llevar a cabo los rituales con la bola de cristal.
Estos rituales tendrán que repetirse cada día con la misma intensidad y concentración, y la bola de cristal quedará así purificada al final del séptimo día. Pero no podremos usarla todavía si antes no hemos realizado el rito del conjuro.